Cataluña

«Hay que adaptar a los nuevos tiempos las enseñanzas de Raymond Chandler»

El escritor Aro Sainz de la Maza regresa con el tercer caso del inspector Milo Malart, «Dócil» (Destino), un auténtico fogonazo contra la sociedad esquizofrénica en la que vivimos

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OLYMPUS DIGITAL CAMERAlarazonBeatriz Sáinz de la Maza

Los detectives, imaginados en un principio por Dashiell Hammett y Raymond Chandler, siempre podían ir un poco por libre y ser rebeldes, con sus propios códigos morales. Si eres inspector de la policía judicial de los Mossos, este carácter te puede hacer enfrentar con todo el mundo. Es lo que tiene ser parte de una jerarquía. Y así sobrevive Milo Malart, el personaje inventado por el escritor Aro Sáinz de la Maza y que ahora llega a su tercera aventura en «Dócil» (Destino). «Aunque se enfaden los heterodoxos, la prueba del tiempo ha envejecido un poco a las novelas de Chandler. Son maravillosas, de una maestría única, pero el trabajo de todos los que venimos después es adaptar sus enseñanzas a los nuevos tiempos», afirma el escritor.

El primer gran mosso literario se enfrenta en esta ocasión a una apasionante cuenta atrás para intentar comprender qué hay detrás de la matanza de una familia. Sólo hay un superviviente, pero ¿es víctima y verdugo? Asíu arrancará un juego de manipulación que intentará responder a la pregunta ¿qué hace que los asesinos lleguen a racionalizar lo que es absolutamente irracional. «Me despierto con Malart y me acompaña todo el día. Me tiene secuestrado por completo. Y eso que no tiene nada que ver conmigo. Es asocial, disconforme, agrio. A veces, cuando le doy un corte a un amigo, me dicen Aro, para, que te estás Malartizando», asegura Sáinz de la Maza.

Y eso que en esta ocasión el lector se encontrará, al principio, con un Malart diferente, más afectuoso y relajado, que hará que todo el mundo se pregunte que le ha pasado. Pero con Malart la mala espina siempre resurge. «Muchos me toman por loco, pero a veces parece actuar por libre. Yo hago mi hoja de ruta, mi escaleta, y él siempre acaba por variarla. En esta ocasión empieza más amigable, pero pronto volverá a sus orígenes. Sus compañeros le respetan porque es eficaz, pero es una de esas personas que crea tensión, que son carne de degradación. En esta ocasión se enfrentará a un contrincante en que se verá reflejado y que le llevará hasta el límite de sus posibilidades», comenta el autor.

El inspector vivirá en una Barcelona tan esquizofrénica como la vida de sus personajes y de difícil reconciliación con la cordura. «A veces miro las noticias y no me puedo creer lo que veo. En las protestas en la Jonquera, vi a un hombre de 70 años retirarse por una colina y, de repente, girarse y tirarse rodando hacia un policía francés que tuvo que agarrarlo para que no se matase. ¿Qué le llevó a perder el control de esa manera y hacer algo totalmente loco? Esto es lo que me interesaba investigar, cómo sobrevivimos a un mundo cada vez más ridículo en que ya no sabemos el valor de la verdad y la mentira», comenta el escritor.

Un éxito en Francia

Los temas que toca la novela van del terrorismo y su justificación al amor desde todas sus perspectivas, las más hermosas a las más negras. «Todos los personajes tienen como motivación algo derivado del amor. Al principio me costó, porque uno piensa en amor y en seguida te lleva a pensar en violines. Sin embargo, hay muchas caras y me encantó poder indagar en cómo afecta su carga en los diferentes personajes», asegura el escritor.

Las novelas de Malart se han convertido en todo un éxito de crítica y público y son adoradas por el público francés, algo que Sáinz de la Maza celebra. «Lo que me encanta es que son muy vehementes y discuten con verdadera pasión tus libros. A veces vas a un festival, a una mesa redonda, y te quedas perplejo cómo defienden lo que les gusta de Malart, pero también cómo atacan lo que no. No sé por qué les gustan tanto estas novelas, pero desde luego me encanta», reconoce.

Ésta es la tercera parte de la serie del inspector después de «El verdugo de Gaudí» y «El ángulo muerto». Cuando arrancó, la idea era completar una tetralogía, pero ahora el personaje tendrá un mayor recorrido. «Ya tengo ideas para la quinta y la sexta e incluye una investigación en Francia, como guiño a la acogida que ha tenido Malart en el país galo», reconoce el escritor.