Cataluña
6-F: Torra busca dinamitar la mesa de diálogo de ERC
La cita estará condicionada por el escenario preelectoral y el president planteará un acuerdo de máximos a Sánchez
La política catalana cerró ayer una semana de alto voltaje, que ha estado marcada por el enésimo choque entre JxCat y ERC y el anuncio de elecciones, y abre hoy otra semana de gran relevancia ante el nuevo horizonte electoral con la reunión del jueves entre Pedro Sánchez y Quim Torra. La cita, que se celebrará a las 12 horas en el Palau de la Generalitat, se convertirá en la primera prueba de fuego para el nuevo Gobierno en su apuesta por abrir una nueva etapa de diálogo y distensión con la Generalitat, aunque estará también muy condicionada por el escenario preelectoral.
Esquerra ya reivindica que ha conseguido sentar al Estado a negociar, que proyecta como la única manera de «avanzar hacia la independencia» en lugar de «paralizar» como hace JxCat, y trata de usarlo como argumento electoral, pero también corre el riesgo de que pueda tornarse en su contra. JxCat está expectante ante la posibilidad de que la mesa de negociación fracase y poder rentabilizarlo en las próximas elecciones catalanas. De hecho, ya el jueves, ante el malentendido entre el Gobierno y Esquerra –la Moncloa anunció primero que posponía la mesa de diálogo y horas después rectificó–, los neoconvergentes aprovecharon para acusar a ERC de facilitar la investidura de Sánchez «a cambio de nada».
El president acudirá con planteamientos de máximos –el derecho de autodeterminación y la amnistía– y reclamará fijar condiciones y garantías para que pueda desarrollar la negociación. Torra, eso sí, tratará de consensuarlo todo con el resto de partidos y entidades independentistas –JxCat, ERC, CUP, ANC y Òmnium Cultural–, una circunstancia que también puede contribuir a dinamitar las opciones de diálogo con el Gobierno porque las diferencias son amplias entre los diferentes actores del independentismo y será muy difícil encontrar un punto de encuentro.
La reunión se convertirá en la antesala de la activación de la mesa de negociación entre gobiernos. Los republicanos, que expresaron su malestar cuando el Gobierno dejó en suspenso este foro para después de las elecciones catalanas, aspiran a lograr avances notables para poder presentarse a las elecciones con esa reivindicación. Si bien, será complicado porque en las circunstancias actuales, con la legislatura al borde de la disolución –la fecha de las elecciones se fijará a partir del 18 de marzo, cuando se aprueben los presupuestos–, la mesa de negociación apenas tiene recorrido.
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