Sucesos

El juez rechaza como prueba el móvil hallado en la celda de Rosa Peral

Los sospechosos de la Guardia urbana por el crimen se acusan mútuamente del asesinato del novio de ella

Ha arrancado en la Audiencia de Barcelona uno de los juicios más mediáticos de los últimos tiempos en Cataluña. Está denominado como el “crimen de la Guardia Urbana”, y en él se juzga a dos agentes del cuerpo, Rosa Peral y Albert López, como acusados de asesinar a otro policía, Pedro Rodríguez, dentro de un triángulo amoroso. Ambos procesados se enfrentan a penas de cárcel de hasta 25 años.

Comenzó el juicio con las habituales diligencias previas, muy técnicas, pero que sin embargo en esta ocasión aportaron un dato que puede ser importante. El juez rechazó como prueba el hecho de que la acusada Peral tuviera en su celda de la prisión un teléfono móvil, algo prohibido en las cárceles. Quizá tiene un punto en común con lo que aportó la Fiscalía la pasada semana, cuando informó de que López compró, diez días antes del crimen, un móvil de prepago, que únicamente fue utilizado la misma noche del crimen, lo que podría indicar que el crimen fue planeado esa misma noche.

Respecto al móvil en la celda de Peral, el magistrado rechazó incorporarlo como indicio, argumentando que se trata de una infracción administrativa de la que no es competente, pese a que el abogado de López había alegado que era de interés para esclarecer los hechos. Por su parte, la Fiscalía apuntó a que, con ese terminal, “hubiera podido hablar de los hechos con una tercera persona”.

Tras formarse el jurado el viernes, con cinco mujeres y cuatro hombres de 47 años de media, las sesiones del juicio comienzan este lunes a las 10 con la lectura de los escritos y alegaciones previas, mientras que en los días siguientes será el turno de los testigos.

López y Peral declararán el 11 y el 12 de marzo, respectivamente, acusados del crimen cometido el 2 de mayo de 2017 en el domicilio donde ella convivía con la víctima, en Vilanova i la Geltrú (Barcelona).

"De común acuerdo y en ejecución de un plan preconcebido", los dos sospechosos presuntamente acabaron con la vida de Pedro R., y después lo trasladaron en el maletero de su coche hasta la zona del pantano de Foix y lo quemaron, según el auto de apertura de juicio oral.

Triángulo amoroso

Según afirma el Ministerio Público en su escrito de acusación, los procesados presuntamente mataron a Pedro Rodríguez. porque llegaron a la conclusión de que “por diversas razones obstaculizaba su relación y situación” sentimental, ya que habían sido amantes y supuestamente habían reanudado su relación.

La familia del asesinado, que pide para ambos 25 años de cárcel, apuntó en su escrito de acusación que uno de los motivos por los que los dos agentes le mataron era que temían que la víctima pudiera “airear y dar publicidad” a datos que implicaban a López en la muerte de un mantero en 2014.

En cambio, los dos sospechosos han reclamado su libre absolución al atribuir al otro la culpabilidad de los hechos, y en el caso de Peral, su defensa pidió como alternativa la apreciación de la eximente del miedo insuperable, y subsidiariamente de forma incompleta o como atenuante.

Según el escrito de defensa de Peral, López estaba obsesionado con ella y no aceptaba su relación con Rodríguez, por lo que acudió al domicilio de Vilanova y supuestamente cometió el crimen con un hacha.

Ella no llamó a la policía "dado que Albert López le había confiscado su teléfono móvil y el teléfono fijo de casa no funcionaba; además, el pánico que sentía por lo que pudiera pasar a sus hijas, la paralizaba".

La versión de López es totalmente contraria y, en su escrito de defensa, asegura que Peral le confesó que había matado a Pedro R., que le mostró el maletero del vehículo con el cadáver y que ella le explicó que habían tenido una discusión muy fuerte y que su novio la había agredido delante de las niñas, por lo que "ella lo había matado".

Según López, Peral decidió "culparle a él" del crimen al ver su indecisión respecto a no delatarla y por el fracaso de sus coartadas iniciales, que buscaban culpar a su exmarido u otros de la muerte de Pedro R. NUEVA PRUEBA

Al comenzar las sesiones el lunes, la Fiscalía también puede pedir durante las cuestiones previas que se añada al juicio la información sobre una llamada que los dos acusados realizaron poco antes del crimen, una prueba que puede conectar a ambos con la muerte y ser clave para probar que la planearon.

En las siguientes sesiones del juicio será el turno de los testigos, entre los que habrá mossos d'Esquadra y mandos de la Guardia Urbana, como un intendente mayor --el jueves 13 de febrero, según el guión--.

Las sesiones están previstas de lunes a jueves y el juicio durará previsiblemente hasta el 16 de marzo, día para las conclusiones y los informes finales, aunque el guión puede ser alterado a medida que avancen las sesiones.