Cataluña
Torra abre la posibilidad de posponer las elecciones a otoño
El Govern presiona con la figura del mediador para la mesa de negociación con el Gobierno
Convocadas las elecciones en Galicia y el País Vasco para el 5 de abril, el Govern aleja ahora la posibilidad de que se celebren en Cataluña de manera inmediata. Quim Torra fijará la fecha cuando se aprueben los presupuestos de la Generalitat a partir del 18 de marzo -no tiene intención de consensuarla con sus socios de gobierno porque es una facultad exclusiva del president- y, aunque hasta ahora el president no ha mostrado en público sus preferencias sobre en qué momento convocar los comicios, ha abierto hoy la posibilidad de que sean después de verano. “Lo que dijo el president es que, una vez aprobados los presupuestos, decidiría la fecha de las elecciones. No dijo que convocaría de manera inmediata”, ha explicado esta mañana la portavoz del Govern, Meritxell Budó, en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del gobierno catalán.
Alargar la legislatura y retrasar la convocatoria electoral a otoño, por tanto, se ha convertido en un escenario posible pese a la ruptura entre socios (JxCat y ERC) y la parálisis que ha rodeado al Govern durante todo el mandato. Torra tiene margen para mantenerse en el cargo previsiblemente hasta julio, porque antes parece improbable que el Tribunal Supremo resuelva el recurso contra su condena a 18 meses de inhabilitación. Es una posibilidad, además, que en algunos sectores de JxCat consideran conveniente, teniendo en cuenta que el partido tiene aún que afrontar una reorganización interna y elaborar una lista electoral de garantías. Los neoconvergentes pueden ganar tiempo así y, además y en paralelo, Torra puede explorar qué recorrido tiene la vía de diálogo abanderada por ERC y, si fracasa, explotarlo electoralmente.
En este sentido, el president, pese a que ha dado por agotada la legislatura, está dando muestras de su voluntad por tener protagonismo en esta nueva fase de diálogo con el Estado: encabezará la primera reunión de la mesa de negociación y ha pedido la activación de la Comisión Bilateral entre el Estado y la Generalitat. Así las cosas, parece poco probable, por plazos, que ahora pretenda zanjar la legislatura de manera inmediata y convoque elecciones antes de verano. Cabe tener en cuenta que una vez se firma el decreto de convocatoria, las elecciones se celebran 54 días después, es decir, de firmarse justo después de los presupuestos, serían el 17 de mayo: en poco más de tres meses, cuando la primera cita de la mesa de diálogo será previsiblemente hacia finales de febrero.
La mesa de diálogo, no obstante, parece lejos de dar frutos a corto plazo. De hecho, la puesta en marcha no está del todo garantizada porque todavía hay diferencias en torno al formato: Torra pretende un mediador, mientras que Pedro Sánchez lo rechaza. ERC, en este caso, se ha mostrado flexible y no quiere que esta condición pueda hacer descarrilar la mesa.
Budó ha recordado que los grupos independentistas aprobaron la semana pasada en el Parlament una moción que apostaba por la presencia de un mediador, pero ha aclarado que se deberá consensuar entre todos los actores independentistas. Para ello, hay también una mesa de negociación, que incluye a JxCat, ERC, CUP, ANC y Òmnium, donde se debaten este tipo de aspectos, aunque se desarrollará con discreción, según ha puntualizado Budó. La portavoz del Govern también ha concretado que el documento de 44 puntos que Sánchez le entregó a Torra en la reunión del jueves pasado se abordará en la Comisión Bilateral, que es donde se tratan las cuestiones “sectoriales”, según ha precisado.
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