El desafío independentista

Las «fake news» de la Historia catalana

Un libro desmonta las manipulaciones sobre el pasado de Cataluña realizadas desde el Institut Nova Història, la entidad creada por Jordi Bilbeny

La llegada de Cristóbal Colón a América, en una pintura de Dióscoro Puebla
La llegada de Cristóbal Colón a América, en una pintura de Dióscoro PueblaArchivoLa Razón

Vivimos en una época en la que las llamadas «fake news» lo tienen fácil para convencer a todo tipo de públicos. No es un terreno que se quede exclusivamente a las noticias de actualidad que se basan en rumores sino que incluso se extienden a nuestro pasado. La falta en muchos casos de información o el ofrecer nuevas lecturas especulativas sobre episodios y personajes se han convertido en un terreno fértil para la tergiversación, para convertir lo que es una absurdidad en un hecho probado. Contra esto solamente queda el trabajo de los historiadores serios, aquellos que se pasan días a la búsqueda del dato preciso en archivos y bibliotecas.

El lunes se publica un libro que tiene la virtud de ser antídoto ante estos disparates al desmontar lo que son las «fake news» que padece la historiografía catalana. Eso es lo que encontramos en el volumen colectivo «Pseudohistòria contra Catalunya. De l’espanyolisme a la Nova Història», coordinado por Vicent Baydal y Cristian Palomo, además de contar con la participación de Alberto Velasco, Stefano M. Cingolani, Guillem Fornés, Xevi Camprubí, Cèsar Sànchez y Lluís Ferran Toledano. El volumen, publicado por Eumo Editorial, se fija con especial detenimiento en el Institut Nova Història (INH), la institución que afirma que en realidad eran Rodrigo Díaz de Vivar, Marco Polo, Leonardo da Vinci, Cristóbal Colón, Bartolomé de las Casas, Francisco Pizarro, Hernán Cortés, Santa Teresa de Jesús, Miguel de Crvantes, Lope de Vega, Niccolò Machiavelli, El Bosco o El Greco. Detrás de estas teorías se encuentra Jordi Bilbeny, fundador del INH, quien ha visto en la «censura española» de antes y de ahora la mano negra que ha hecho que no sepamos de la catalanidad de estos nombres.

En «Pseudohistòria contra Catalunya», en un texto de Vicent Baydal podemos saber que Bilbeny no pudo culminar su tesis doctoral en la Universitat de Barcelona y que tenía como director al profesor de historia moderna Valentí Gual. El motivo fue que Bilbeny, para atribuir un origen catalán a Cristóbal Colón, usaba, según cuenta Baydal, «argumentos y datos claramente falsables para la comunidad y el consenso científicos». Todo esto provocó que no pudiera seguir en el ámbito académico como investigador.

Lejos de rendirse, en 2008, Bilbeny fundó el Institut Nova Història, punta de lanza de todas estas teorías contando con el apoyo de otros aficionados a la historia de Cataluña y Valencia que empezaron a divulgar sus rebuscados y absurdos planteamientos en libros, conferencias, webs y redes sociales, sin importar en ningún momento el rigor científico. El libro nos explica que para poder argumentar sus planteamientos historicistas, Bilbeny y sus seguidores emplean la llamada técnica del «cherry picking» y que emplea el confusionismo como principal arma. Se trata de «la falacia de evidencias incompletas o de supresión de pruebas», De esta manera, por ejemplo, trata de atribuir una supuesta catalanidad a Marco Polo o a los principales autores del Siglo de Oro.

En capítulos escritos por Xevi Camprubí y Guillem Fornés se constata la absurdidad que es el pensar que, por ejemplo, «El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha» fue en realidad una novela escrita en catalán. Los historiadores del INH se basan en supuestas «catalanadas» en estos textos, aunque en realidad no son palabras catalanas traducidas al castellano. Igualmente Bilbeny y lo suyos deducen que estas «catalanadas» aparecen en textos de los siglos XIII, XIV, XV, XVI y XVII que habrían escapado a los ojos de los censores, lo que supondría que «millones de documentos de todo tipo deberían haber sido traducidos por el mismo descuidado censor, que no conocía bien el ideioma castellano, porque nunca se daba cuenta que le pasaban desapercibidas las mismas decenas o centenares de catalanadas en todos los documentos».

Evidentemente todo esto no se hace por amor al arte. Cèsar Sànchez recuerda en uno de los artículos para «Pseudohistòria contra Catalunya» el negocio organizado por Bilbeny y los suyos. Uno de ellos es Víctor Cucurull quien ha empleado sus conexiones politicosociales todo lo que ha podido. Cucurull, que formó parte del secretariado de la Asamblea Nacional de Cataluña, aprovechó esa plataforma para divulgar sus teorías entre los socios de la ANC.

TVC también se ha subido a este carro produciendo algunos documentales del INH a través de la productora de Pilar Montoliu, integrante del citado instituto, como pasó con «Desmuntant Leonardo», «L’apropiació del descobriment d’Amèrica: una conspiració d’Estat?», «L’enigma Cervantes» o «Colom i la casa reial catalana».

Por su parte, Bilbeny no oculta en su web personal que fundó el INH para poder tener «un techo donde poder investigar y ganar-me la vida e impulsar la búsqueda de nuestro pasado censurado». En la misma web, en el apartado de contacto, Bilbeny ofrece al internauta la posibilidad de hacer donativos que van de los 50 a los 500 euros para «poder adquirir libros y material diverso indispensables para ampliar los conecimientos y mi fondo documental». Como señala Cèsar Sànchez, alguien debería recordar a Bilbeny la existencia de las bibliotecas públicas y que puede consultarlas.