Esquerra avisa a Puigdemont que sería “irresponsable” abandonar la negociación con el Estado

Esquerra ha optado por templar los ánimos tras el acto de Carles Puigdemont en Perpiñán, donde el expresidente de la Generalitat, junto a los exconsellers Clara Ponsatí y Toni Comín, resucitaron abiertamente la estrategia de la confrontación y atacaron a ERC y su vía dialogada. La portavoz de los republicanos, Marta Vilalta, ha intentado hoy proyectar un equilibrio entre la apuesta firme por la mesa de negociación y el apoyo a la movilización pese a que ahora se está está volviendo en contra de Esquerra porque se está convirtiendo en una fuente de rechazo y desgaste.

En un aviso a Puigdemont y en una acérrima defensa de la vía del diálogo, Vilalta ha dicho que sería “irresponsable” abandonar la mesa de negociación. “Nos decían hace un tiempo que sentar al Estado era imposible y ahora nos dicen que la mesa no sirve para nada”, ha afirmado. “Creemos que es un error contraponer el diálogo con la movilización democrática”, ha considerado Vilalta, que ha reiterado que el diálogo y la movilización son “dos caras de la misma moneda”. “Cuanta más fuerza tengamos en la calle, más fuerza tendremos en la mesa de negociación y más podremos satisfacer las demandas de la calle”, ha asegurado la portavoz, que ha evitado valorar las críticas de Ponsatí -tildó de “engañifa” la mesa de negociación- ya que considera que forman parte de las “contradicciones” de JxCat.

Asimismo, también ha vuelto a recordar, ante la desconfianza que muestra Puigdemont hacia el diálogo con el Estado, que Esquerra no renuncia a ninguna vía “pacífica y democrática” para conseguir la independencia, en alusión también a la unilateralidad.

Vilalta confía en que la mesa de negociación se vuelva a reunir durante este mes de marzo y ha asegurado que la delegación independentista está manteniendo contactos para ir preparándola. También ha destacado que se haya puesto ya en marcha el foro que, a su juicio, ha permitido sentar de “igual a igual” al Govern y el Gobierno lo que “legitima” el proyecto independentista, y ha permitido que la Moncloa reconozca que hay un “conflicto”.