Walt Disney, Kafka, Munch y todos los infectados que sobrevivieron a la gripe española de 1918

A finales de 1918, un jovencísimo Walt Disney se enrolaba en el cuerpo de ambulancias de la Cruz Roja Internacional. Tenía 16 años, así que por edad no podía inscribirse, pero consiguió falsificar sus papeles para que pareciera que acababa de cumplir 18 años. Estaba decidido y determinado a ayudar en una I Guerra Mundial que estaba devastando Europa. Primero intentó entrar en el ejército, pero le rechazaron por ser demasiado joven. La Cruz Roja le permitió sí conseguir su sueño. Semanas después, el barco que tenía que llevarle a Francia atracó en el puerto de Nueva York. El mismo día, el creador de Mickey Mouse empezó a encontrarse indispuesto. La fiebre le subió hasta los 40 grados, los temblores le aposentaron en cama sin fuerzas para moverse, y lo que en principio había sido una tos seca se convirtió en graves dificultades respiratorias. No había duda, había cogido la terrible gripe española, la pandemia que entre 1918 y 1919 mató a más de 26 millones de personas en todo el mundo e infectado a unas 600 millones.

Por suerte, tres semanas después había recuperado las fuerzas y consiguió embarcarse rumbo a Europa. Sin embargo, había llegado demasiado tarde, la guerra ya había terminado y sólo pudo realizar maniobras de refuerzo. Eso si, le dio tiempo a dibujar mucho dentro de aquellas ambulancias. ¿Puede ser que paradójicamente la gripe le salvase la vida? Nunca se sabrá, pero Disney nunca pudo escaparse de esa sensación de oportunidad perdida. Esto le llevó a querer aprovechar al máximo su talento mientras estuviese sano y creó el imperio que conocemos hoy.

Las historias de la gripe española empiezan a parecerse cada vez más a la que se están repitiendo en todo el mundo con la crisis del coronavirus. Las pandemias tienen puntos en común y ahora parece claro que si dejamos que el covid-19 se expanda como lo hizo la gripe española también se contabilizarán millones de muertos. Al menos así lo aseguró ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Otro de los puntos en común son las grandes personalidades que no pudieron evitar contagiarse de la enfermedad. SI ahora actores como Tom Hanks o Idris Elba han confesado tener el coronavirus, muchas grandes personalidades tuvieron que luchar contra aquella fatídica pandemia. Por ejemplo, el escritor Franz Kafka, el autor de “La Metamorfosis” o “El castillo”. En octubre de 1918 escribía una carta a su jefe en la que manifestaba: “Estoy en cama con fiebre que surge directamente de mis pulmones. Sufro temporalmente de una respiración corta y pesada, lo que me genera debilidad y sudores fríos por la noche”. SU caso era preocupante por sus antecedentes con la tuberculosis, pero consiguió superar la enfermedad. Moriría, sin embargo, seis años después por problemas derivados por su tubercolosis.

Otro de los más icónicos supervivientes de la gripe española fue el pintor Edward Much, que incluso tituló una de sus obras, “Autorretrato con la gripe española”, donde se puede ver al artista postrado en una silla cubierto por una manta y con la cara totalmente desdibujada por el dolor y la agonía. El pintor de “El grito” pudo recuperarse de la dolencia, una suerte que no tuvieron coetáneos suyos como los vieneses Egon Schiele y Gustav Klimt.

Otra de las grandes obras de arte inspiradas por la gripe española fue la colección de novelas cortas “Pale horse, pale rider” (Caballo pálido, jinete pálido), donde la genial Katherine Anne Porter, uno de los cúlmenes del gótico sureño, utilizaba sus experiencias como superviviente de la gripe española y todo el dolor y el pánico que introdujeron en su comunidad. “Demasiadas personas han muerto ya en esta cama, hay demasiados huesos ancestrales colocados en las repisas de las chimeneas, ha habido demasiados antimasacres en esta casa”, escribe la escritora. La narradora, por supuesto, no sobrevivirá al desenlace, como sí hizo Porter. ¿Qué obras de arte nos dará el coronavirus? A buen seguro serán muchas.

Si Tom Hanks se ha contagiado del coronavirus, la gran estrella del momento también tuvo que sufrir la gripe española, Mary Pickford, y que vio como el cierre de todos los cines ponía en riesgo su carrera, pero el virus ponía en riesgo su vida. Todavía no era una gran estrella, pero otra gran actriz también tuvo que superar los estragos de la enfermedad, Greta Garbo. Se da la circunstancia que lo primero que se cerraron fueron los cines y los exhibidores entraron en cólera hasta que consiguieron que se cerrara todo excepto supermercados y farmacias.

SI Esperanza Aguirre, Irene Montero, Quim Torra y hasta 22 políticos nacionales se han contagiado de coronavirus, los grandes estadistas del momento también sufrieron la cólera del virus de la gripe. EL caso más paradigmático fue Woodrow WIlson, el presidente de los Estados Unidos que prohibió por ley informar al público de la propagación de la epidemia para que no cayera la moral durante la I Guerra Mundial. La rapidez en sufrir los estragos de los peores síntomas de la enfermedad hizo que sus médicos creyesen primero que alguien lo había envenenado. Pudo sobrevivir para ver el final de la guerra.

En España, donde la gripe infectó a ocho millones de personas, el rey Alfonso XIII fue una de sus víctimas. Se contagió en mayo del 1919, en los últimos estragos de la segunda oleada de la enfermedad, y contagió al primer ministro y a la mayoría de su gabinete. El kaiser Guillermo I también sucumbió al virus, pero sobrevivió. y el rey JOrge V de INglaterra también, quien tuvo que ver cómo perdía toda su fuerza naval porque más de 10.000 marinos caían enfermos. ¿Quién no sobrevivió? Frederik Trump, el patriarca del actual presidente de los Estados Unidos, demostrando que la vida es cíclica y hasta macabra.

Los nombres de los afectados por la gripe española es infinita. Sólo nombrando de memoria están la actriz Lilian Gish, Robert Graves, Mahatma Ganhdi, Raymodn Chandler, Bela Bartok, Amelia Earhart, Georgia O’Keefe, Franklin Delano Roosvelt. Todos vivieron para saber los estragos de una pandemia mundial que consigue paralizar y encerrar al mundo en sus casas. Ellos fueron supervivientes, ahora nos toca a todos nosotros.