Cataluña

Esquerra mantiene en el aire su voto y exige fecha para la mesa de negociación

El acuerdo de Sánchez con Cs ha hecho saltar por los aires las negociaciones, que habían avanzado a lo largo de ayer. De hecho, el pacto estaba casi hecho

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián
El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel RufiánJ.J. GuillénEFE

La debilidad del Gobierno ha vuelto a quedar de manifiesto. Una debilidad que Moncloa intenta contrarrestar con su capacidad de metamorfosis en lo que a las alianzas se refiere. El Ejecutivo mantiene viva la vocación de ampliar sus mayorías, mientras consolida el apoyo de sus socios tradicionales. De este modo, activa en paralelo los contactos con los partidos que facilitaron la investidura de Pedro Sánchez, al tiempo que intensifica las negociaciones con su nuevo socio, Ciudadanos.

En un giro de los acontecimientos, Moncloa logró ayer cerrar en horas un nuevo acuerdo con la formación de Inés Arrimadas, para asegurarse los votos suficientes para superar hoy el trámite parlamentario de la prórroga del estado de alarma. Sin embargo, tener encarrilada la votación no interrumpió las negociaciones que se estaban llevando a cabo en paralelo con ERC, con quienes el diálogo siguió tras el anuncio, aunque por ambas partes se reconocía que el escenario adquiría una nueva complejidad. No obstante, en Moncloa dan por hecho que les salen los números para sacar adelante la prórroga, a la espera de que el PNV confirme su posición.

Por el camino, el Ejecutivo se deja además una importante cesión, renuncia a alumbrar una última prórroga de un mes de duración y se conforma con atar 15 días más de excepcionalidad para seguir pilotando la paulatina vuelta a la «nueva normalidad» con los territorios. En el Gobierno asumen que después de esta tendrán que venir otras prórrogas sucesivas porque es imprescindible mantener decretado el estado de alarma mientras dure la desescalada, aunque éste pueda irse modulando o incluso levantando en aquellas regiones que superen todas las fases de la misma.

El acuerdo con los naranjas se tejió en horas y prueba de ello es que en el borrador con el que el presidente del Gobierno acudió a la reunión del Consejo de Ministros ayer en la Moncloa figuraba el 27 de junio como horizonte temporal de la prórroga. Finalmente será hasta el día 7 del mismo mes. Una modificación que hubo que hacer sobre la marcha, cuando en el Ejecutivo se constató que el principal foco de resistencia de los partidos para apoyarles era la excesiva extensión de la excepcionalidad.

Además de aceptar reducir su duración, el Gobierno escucha las peticiones en materia económica de Ciudadanos, tales como, que en los aplazamientos tributarios motivados por el impacto económico negativo del COVID-19, se aumente en un mes (de tres a cuatro) el plazo para ingresar impuestos por los contribuyentes sin intereses de demora y la agilización del pago de prestaciones por ERTE o desempleo a quienes aún no lo han cobrado. En este sentido, también se analizará la posibilidad de ampliar más allá de la vigencia del estado de alarma la prestación extraordinaria por cese de actividad de los trabajadores autónomos y la consecuente exención de sus cuotas de Seguridad Social durante la percepción de dicha prestación. Por otro lado, se acuerda impulsar que el mes de julio de 2020 sea hábil en el Congreso.

A las tres de la tarde, según fuentes republicanas, el acuerdo con el Gobierno estaba prácticamente cerrado, pero el pacto con Ciudadanos lo dejó en el aire. Tanto es así que ERC mantiene la incógnita de su voto hasta hoy y reitera sus condiciones, entre las que destaca la exigencia de una fecha para la mesa de negociación. «No queremos entrar en un mercadeo. Ya se ha perdido mucho tiempo. Habíamos pedido unas condiciones mínimas, pero prácticamente no ha habido ningún gesto para llegar a un acuerdo, porque parece que ya habían elegido desde el principio», recriminaron los republicanos, que piden también que la prórroga no se prolongue más 15 días. “Hemos presentado enmiendas sobre la prórroga del estado de alarma y nos mantenemos a la espera. Ellos son quienes tienen que hacer la elección. Izquierda o derecha”, plantearon.

El acuerdo saltó por los aires por la desconfianza. ERC no vio con buenos ojos el comunicado de los naranjas en el que se decía que «gracias al papel de Ciudadanos no se va a producir ninguna mesa de negociación con ERC ni con los separatistas». La situación, según fuentes republicanas, es «complicada», pero ni ERC ni PSOE abandonan los contactos. Según estas fuentes se había cerrado un acuerdo para que los ayuntamientos pudieran dedicar su superávit a temas sociales derivados de la pandemia, se ha avanzado en las modificaciones de la Ley de Salud Pública para que se pueda gestionar un rebrote sin necesidad de acudir al estado de alarma, se habían alcanzado acuerdos para dotar de un permiso retribuido a los padres y madres que no puedan acudir al trabajo para atender a sus hijos, e incluso había un acuerdo de volver a la mesa de negociación sobre Cataluña una vez finalice el estado de alarma.

Además de la exigencia de una fecha para la mesa de diálogo y de que el estado de alarma no se prorrogue más de 15 días, los republicanos también exigen que se devuelvan las competencias a la Generalitat para que gestione la desescalada, reclamanun permiso retribuido para padres y madres que tienen a cargo de sus hijos como consecuencia del confinamiento y permitir a los ayuntamientos el uso del superávit para atender las necesidades de la ciudadanía.

También JxCat, que había hecho un amago de negociación y había impuesto sus condiciones, se descolgó a media tarde de ayer al conocer el pacto del Gobierno con Ciudadanos. Desde el propio partido neoconvergente aseguraron inicialmente que mantenían las negociaciones en marcha si había margen para que el Gobierno devolviese las competencias a la Generalitat, pero, al no ser posible, han optado por el “no”.