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ERC presiona y pide fijar elecciones antes de la inhabilitación firme de Torra

Puigdemont entra en escena, lanza un dardo a los republicanos tras las discrepancias por su pacto con el Gobierno y apela a la unidad del independentismo

Minuto de silencio de Torra, y su equipo por las víctimas de COVID-19
El presidente de la Generalitat, Quim Torra acompañado del vicepresidente del Govern, Pere Aragonès en la plaza Sant Jaume de Barcelona.Quique GarcíaEFE

El pacto entre ERC y el Gobierno para facilitar la sexta y última prórroga del estado de alarma ha vuelto a tensar al máximo las costuras del independentismo, roto desde enero y con un divorcio pendiente de ejecución a raíz de la pandemia del coronavirus. Ahora, con los republicanos exhibiendo músculo y recuperando cierta posición preferencial en el Congreso –«El acuerdo nos permite quitar a Ciudadanos de la ecuación», sostienen– y en la política española –con la mesa de diálogo como principal baluarte–, la guerra entre ambos socios catalanes se recrudece: ERC exige consensuar ya una fecha electoral antes de que venga dada por el Tribunal Supremo y su posición sobre la inhabilitación de Torra, mientras que JxCat da un sonoro portazo y avisa a través de Carles Puigdemont. Si el independentismo «no se reconoce capaz de ir juntos, tendremos que explicar a la gente que no seremos independientes», lanzó ayer el expresident en un dardo directo a ERC en las redes sociales llamando a la «unidad».

Y es que el endiablado tablero político catalán contiene varias variables a tener en cuenta y una, la más importante, es la sentencia del Tribunal Supremo sobre la inhabilitación de Quim Torra prevista para los próximos meses. El president anunció que disolvería el Parlament y convocaría de forma oficial una vez aprobados los presupuestos en la cámara, una promesa enterrada por la crisis sanitaria actual.

En plena desescalada, JxCat busca ahora alargar al máximo la legislatura, liderar las críticas contra el Gobierno de Pedro Sánchez, presumir de gestión al frente de la Generalitat y dejar a ERC en manos de las consejerías más peliagudas (Salud y Educación). Una estrategia que choca frontalmente con los republicanos, que ayer pidieron pactar un calendario electoral y llegar a las urnas «por consenso y no fruto de una ruptura». «La prioridad ahora es superar esta situación de emergencia y poner las bases de la reconstrucción que tiene que venir. Pero a la vez, mientras llega esto, queremos hablar de qué horizonte, de cuáles son los siguientes pasos a nivel de país», avisó la portavoz de ERC, Marta Vilalta.

«Llegar a una cita electoral con un calendario pactado y consensuado nos hace ser más fuertes», advirtió Vilalta antes de reiterar que desde ERC no quieren que el Tribunal Supremo «vuelva a interferir en la agenda catalana» y fije la fecha de las elecciones. Un extremo apuntado este fin de semana por otro de los pesos pesados de la formación en Cataluña, el presidente del grupo parlamentario, Sergi Sabrià.

Sin embargo, desde Junts per Catalunya echan balones fuera a la crisis actual dentro del Govern y niegan una convocatoria electoral inminente, facultad única del president de la Generalitat. «¿El Govern tiene diferencias? Es obvio, no lo negaré. Pero son diferencias legítimas porque es un gobierno de coalición», aseguró la portavoz del Ejecutivo, Meritxell Budó, despejando de nuevo el horizonte: «No es el momento de hablar de elecciones». «No se puede abordar esta crisis con un Govern en funciones, con un proceso electoral convocado».

Eso sí, el cruce de reproches es constante a raíz del acuerdo de ERC con el Gobierno. El entorno de Torra menosprecia las contrapartidas logradas y coloca a la Generalitat en contra de la prórroga del estado de alarma. Como respuesta, los republicanos subieron ayer el tono de sus críticas y atribuyeron la negativa de JxCat a su «eje ideológico» de «derechas». Ademas, desde ERC exigen «respeto» y defienden que el pacto supone llevar a Cs a la «irrelevancia». A su juicio, haber recuperado la mayoría de la investidura evita que el partido naranja «pueda controlar» la mesa de diálogo.