Coronavirus

Una multitudinaria fiesta en una discoteca pone en peligro la desescalada en Barcelona

Opium asegura que tenía los permisos necesarios pero no se cumplió la distancia de seguridad ni la separación entre mesas

De poco ha servido las llamadas al sentido común tras el rebrote en Lleida de la semana pasada. Ni siquiera que de Corea del Sur hayamos aprendido que el mayor peligro para la desescalada radica en el ocio nocturno. El sábado pasado tuvo lugar una fiesta en la conocida discoteca Opium de Barcelona que ha sembrado el pánico en las redes sociales. De hecho, varios de los asistentes a la velada denunciaron que no se cumplieron ni los protocolos de seguridad ni el aforo permitido durante la fase 1.

De hecho, tanto en las fotografías colgadas como en los vídeos colgados en las redes, cuesta encontrar algún participante con mascarilla y la separación entre mesas es prácticamente inexistente. Según la normativa, en esta fase los bares y restaurantes pueden ocupar el 50% de las mesas en las terrazas al aire libre y hay que mantener distancia de dos metros entre mesas y grupos como máximo de 10 personas. Las discotecas no pueden reabrir, pero en este caso el local puso a disposición de los clientes la terraza que da al mar.

En las imágenes, además, se observa cómo esta distancia de dos metros no se mantiene ni en la terraza ni en la cola de gente que espera para acceder a la fiesta. “Hoy, fase 1, en la discoteca Opium de Barcelona. Sin respetar las normas… lo pagaremos todos caro”, reza un usuario indignado.

Según apunta RAC1, la discoteca pidió permiso para llevar a cabo la fiesta, que fue autorizada, ya que no se llevó a cabo dentro del local, sino que tuvo lugar en la terraza, al aire libre.

La Asociación de Vecinos de la Barceloneta, en un hilo de Twitter, denuncia varias situaciones que han tenido lugar este fin de semana en el barrio, como las aglomeraciones en las playas, entidades qeu han celebrado la festividad dels Cors Muts, a pesar de estar prohibida la celebración, fiestas en terrazas o “botellones” al aire libre. “Tenemos muchas ganas de volver a la normalidad pero esto no quita que debemos ser los primeros en actuar con cabeza y sentido común”, dicen.