Barcelona
“Seis meses sin clase puede llevar a un absentismo escolar que marque a una generación”
La Fundación Bofill insta a los ayuntamientos a financiar con 500 euros 80 horas de campamentos para niños vulnerables
Más de seis meses sin clases pueden desembocar en un absentismo escolar que determine el futuro de una generación, ha advertido la Fundación Bofill, que ha pedido implicación a los ayuntamientos para identificar a los alumnos vulnerables y programas de becas que garanticen su participación en actividades educativas de verano.
El verano educativo "está demostrado que mejora el aprendizaje y la reconexión de los alumnos socialmente más desfavorecidos con la escuela", que este año es "especialmente necesaria", ha afirmado el director de la Fundación Bofill, Ismael Palacín.
El director de la entidad ha añadido que, pese a la amplia tradición de organizar actividades de verano de Cataluña, "nunca se ha planteado para la restauración de aprendizajes y para lograr el éxito educativo".
La entidad ha presentado este lunes un informe que contiene 7 medidas "muy concretas, articulables en un plazo determinado para garantizar este verano suficientes actividades formativas para todos los niños" según Ismael Palacín.
La fundación ha fijado en 300.000 los niños menores de 16 años que están en situación de riesgo de pobreza y, a falta de indicadores unificados, ha propuesto detectar a los niños más vulnerables a partir de becas comedor en primaria o de las becas para material escolar en secundaria.
Una vez detectado todo el alumnado vulnerable, la fundación ha propuesto a los ayuntamientos garantizar plazas de verano enriquecido para los más vulnerables a través de la subvención directa de plazas en programas de verano o a través de becas.
En este sentido, el responsable de proyectos de la Fundació Bofill, Joan Cuevas, ha señalado que durante el curso 2019-20 se han otorgado 160.000 becas comedor en primaria, por lo que los ayuntamientos pueden conocer de forma rápida la cantidad de niños vulnerables de su municipio y ajustar su presupuesto de becas de verano en esta realidad.
De media, el 42% de los alumnos participa en actividades de verano, un porcentaje que baja hasta el 30% en el caso de los alumnos vulnerables y que "debería duplicarse hasta el 60%", ha afirmado Cuevas.
De acuerdo con los precios estándares, la fundación ha contabilizado en 500 euros el importe que deberían destinar los ayuntamientos para que cada niño pueda participar en programas de actividades educativas de verano de unas 80 horas, de entre 2 y 4 semanas, que "según la evidencia científica es el tiempo mínimo para que sea efectivo" ha señalado Palacín.
Se trata de un esfuerzo "totalmente viable" para los ayuntamientos ya que equivale un 0,5% de los presupuestos en la mayoría de municipios, y que en Barcelona, donde se ha activado un programa de verano educativo proactivo y ambicioso con cerca de 25.000 becas, no alcanza al 0,2%, ha señalado Ismael Palacín.
El responsable de la entidad ha apelado a que la Ley de Educación de Catalunya (LEC) situa las competencias de actividades extraescolares y de ocio educativo en la administración autonómica y en los ayuntamientos, para demandar "corresponsabilidad en la asunción de responsabilidades".
Otras de las medidas que propone la entidad a los ayuntamientos son alargar el plazo de inscripción a las actividades, flexibilizar los mecanismo para conceder becas, reservar el 30% de las plazas de cada actividad al alumnado vulnerable para evitar la segregación y programar actividades en julio y principios de septiembre.
Para que la oferta tenga carácter educativo, "debe cumplir los requisitos competenciales necesarios a nivel de aprendizaje, socioemocional y de actividad física", además de "interpelar a los intereses de algunos colectivos, bien por razones de procedencia, o de los adolescentes" ha señalado el responsable de proyectos de la entidad.
Las medidas propuestas “rebajan notablemente las expectativas que habíamos marcado en el plan de choque propuesto inicialmente”, ha reconocido Ismael Palacín, que ha denunciado “mucha ambigüidad por parte de la Generalitat y del Ministerio” a la hora de activar “políticas efectivas” para garantizar un verano educativo amplio para los niños más vulnerables.
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