Barcelona

Colau se marcha de vacaciones en la noche más importante del año en Barcelona

La alcaldesa de Barcelona deja como alcalde accidental a Albert Batlle

Presentan plan de AMB para "recoser el futuro post-covid"
La alcaldesa de Barcelona y presidenta de la AMB, Ada Colau en el ayuntamiento de Barcelona. EFE/ Enric FontcubertaEnric FontcubertaEFE

En una de las noches más delicadas del año en Barcelona –sino la que más, sobre todo ahora por la emergencia sanitaria- como es la verbena de Sant Joan, Ada Colau se ha cogido vacaciones y se ha marchado de la capital catalana. Según han explicado fuentes del Ayuntamiento a este diario, Colau tiene previsto estar fuera de la ciudad hasta el jueves y dejar como alcalde accidental al teniente alcalde de Seguridad, Albert Batlle, cuando, tradicionalmente, el alcalde siempre ha permanecido esta noche en Barcelona.

Otras fuentes del Ayuntamiento han intentado relativizar esta cuestión y han precisado a este diario que si la alcaldesa sale de Barcelona durante unas determinadas horas, de forma prácticamente automática se nombra a un alcalde accidental. En este caso, es el turno de Batlle, del grupo del PSC-Units. Las mismas fuentes aseguran que ha ocurrido ya en otras cuestiones, como durante las vacaciones de verano.

Sin embargo, la jornada de hoy es significativa porque la noche se prevé compleja por dos motivos: por un lado, porque la propia festividad –con pirotecnia de por medio- entraña ya de por sí muchos riesgos; por otro lado, porque hay restricciones por la crisis del coronavirus. En este sentido, las playas y los chiringuitos, zonas que siempre que albergan una gran concentración de gente en esta noche, estarán cerrados.

El servicio de Metro de la ciudad, además, estará cerrado entre las 2 y las 5 horas de la madrugada –cuando habitualmente permanece abierto toda la noche- y los parques adelantarán hoy el cierre a las 15 horas. Mientras tanto, Guàrdia Urbana y Bomberos desplegarán un dispositivo especial para controlar que no haya aglomeraciones de gente y atender posibles incidentes que se puedan registren.

De esta manera, Colau acumula un nuevo episodio polémico durante la crisis del coronavirus. La alcaldesa de Barcelona, que ha tenido un perfil bajo, ya desató una gran indignación por organizar un concierto en los balcones de la ciudad con un coste para las arcas públicas de la ciudad de 200.000 euros. Finalmente, ante la polémica que causó, se tuvo que echar atrás y no se celebró.

Además, ha causado cabreo que no se haya pronunciado aún sobre otra importante controversia suscitada durante los últimos días: en el barrio de Gràcia se modificó el nombre de la calle del Profeta y figura como “calle del Pro-eta”. Pese a tener constancia de ello, el Ayuntamiento lo ha pasado siempre por alto y pese a las quejas de los vecinos y de partidos y entidades como el PP o S’ha Acabat, que lo consideran “enaltecimiento” de la banda terrorista, la alcaldesa tampoco ha reaccionado al respecto.

También, recientemente, Colau ha sido denunciada por un presunto delito de prevaricación al escoger a dedo al jefe de la Guàrdia Urbana. Según el sindicato mayoritario de la policía barcelonesa, CSIF, la alcaldesa de Barcelona escogió “de forma unilateral, arbitraria y sin ningún fundamento legal” al nuevo responsable.