Carles Puigdemont

Puigdemont anunciará entre hoy y mañana la creación de un nuevo partido

El espacio heredero de Convergència queda al borde de la ruptura

Carles Puigdemont y el presidente del PDeCAT, David Bonvehí, junto al exconseller Lluís Puig, y la vicepresidenta del PDeCAT, Míriam Nogueras, durante su reunión en Waterloo/Efe
Carles Puigdemont y el presidente del PDeCAT, David Bonvehí, junto al exconseller Lluís Puig, y la vicepresidenta del PDeCAT, Míriam Nogueras, durante su reunión en Waterloo/Efelarazon

Ruptura inminente. El desenlace de las negociaciones entre la Crida per la República de Carles Puigdemont y el PDeCat, encalladas desde que se retomaron hace unas semanas, parece abocado a la escisión. El expresident tiene previsto anunciar en las próximas horas -entre hoy y mañana- la creación de una nueva formación que se constituirá hacia finales de julio, según han confirmado desde el entorno de Puigdemont.

La maniobra de Puigdemont, que sirve para presionar todavía más a la dirección del PDeCat para que acabe plegándose a sus designios, también permite acelerar el proceso de reorganización del espacio heredero de Convergència, que se alarga desde hace años y corre el riesgo de acabar disgregado en tres formaciones: el PDeCat, el nuevo partido del expresident y el Partido Nacionalista de Catalunya de Marta Pascal.

Con la celebración de elecciones en Cataluña de manera inminente, el expresident tiene prisa por tener a punto un partido. Si bien, nacerá lastrado por la división con el PDeCat, que ha plantado cara y dispone de una estructura territorial muy fuerte. De hecho, en las últimas horas ha hecho una demostración de fuerza con la publicación de un manifiesto al que se han adherido más de 130 alcaldes y numerosos candidatos municipales de ciudades importantes.

Lasdiferencias entre la Crida y el PDeCat, por ahora, se centran en el encaje. La Crida quiere absorber al PDeCat y extinguir cualquier rastro del pasado convergente, mientras que el PDeCat se resiste a desaparecer y reivindica la obra política de Jordi Pujol y la capacidad de gestión. Sobre todo en un momento en que, a raíz de la crisis del coronavirus y los efectos económicos y sociales que se deriven, cogerá más valor la gestión mientras el “procés” puede pasar a un segundo plano.

En cualquier caso, no parece que ninguna de las dos formaciones, que han acelerado los movimientos en los últimos días -con cruce de manifiestos- para medir sus fuerzas, puedan salir beneficiadas de una escisión de estas características.

Tras las dificultades que se está encontrando para llegar a un acuerdo con la dirección del PDeCat, Puigdemont ha diseñado una nueva estrategia que pasa por tratar de que, a título individual, cargos electos y asociados del partido heredero de Convergència se incorporen a su nueva formación, a la que se da por descontada que se sumarán la Crida y los independientes de JxCat. Si bien, lo tendrá también difícil porque los alcaldes y las bases del PDeCat están plantando cara y quieren mantener su propio espacio, como han demostrado en las últimas horas.

En relación a los liderazgos, aunque hay también debate, nadie discute la posición preeminente de Puigdemont, que ahora ejerce de eurodiputado. Ni en la Crida ni en el PDeCat se discute el liderazgo del expresident, que es posible que forme parte de las lista electoral en los comicios catalanes, aunque hará tándem con algún candidato efectivo a la Generalitat.