A Tu Salud

Barcelona

¿Quién duerme en las calles de Barcelona?

La Fundació Arrels detecta 4.200 personas sin hogar, el perfil es el de un hombre de 40 años, migrante y que lleva una media de tres años sin techo

pobreza indigencia en las calles
La emergencia en el ámbito de la vivienda ha sido una de las prioridades a atender por parte de las entidades del tercer sector social durante la pandemiaEnric FontcubertaEFE

Las personas que duermen en la calle en Barcelona tienen una media de 40 años, son en su gran mayoría inmigrantes (78 % del total) y llevan una media tres años y medio sin hogar (un 10 % supera incluso la década sin un techo bajo el que cobijarse).

Así lo indica un informe de Arrels Fundació presentado este jueves en rueda de prensa, titulado “Vivir en la calle en Barcelona: radiografía de una ciudad sin hogar”, elaborado a partir de entrevistas a 1.400 personas que no tienen hogar hechas en los últimos cuatro años.

“Tienen entre 16 y 80 años, han nacido en 53 países diferentes y hablan 36 lenguas. Algunos hacía pocos días que vivían en la calle cuando los entrevistamos, mientras que otros duermen al raso desde hace más de 10 años. La mayoría son hombres, poco más de un 10 % son mujeres y otros son transgénero, tienen otras identidades de género o no han querido responder a esta cuestión”, indica el estudio.

El último recuento de personas sin hogar efectuado por esta entidad, hecho este 14 de mayo, en plena pandemia de la COVID-19, cifró en 1.239 las personas que viven en la calle en la capital catalana, 869 las que residen en asentamientos y 2.171 las que dormían en alojamientos públicos o privados para personas vulnerables.

Es decir: hay más de 4.200 personas en Barcelona que actualmente no tienen hogar, una cifra que, en palabras del director de Arrels Fundació, Ferran Busquets, no es más que "la punta del iceberg" del número total real.

La media de edad estas personas se sitúa en los 40,9 años, más baja con relación a ocasiones anteriores, lo que indica un incremento de jóvenes que duermen al raso.

Las mujeres sin hogar son de media tres años mayores que los hombres y, según Arrels Fundació, el hecho de que sean muchas menos en número que los hombres se debe a que "antes de llegar a esta situación suelen buscar otras alternativas, como pisos sobreocupados, ocupación de viviendas vacías, acogidas temporales, pensiones o acogida por parte de familiares o amigos".

Asimismo, prácticamente la mitad de las personas que viven en la calle tienen entre 36 y 55 años, mientras que los jóvenes de entre 16 y 25 años son actualmente el 13 % del total.

El incremento de estos jóvenes sin hogar, alerta Arrels, se debe a "la presión migratoria, la dificultad de acceder a la vivienda y la complicada situación en que se encuentran los jóvenes ex tutelados por la administración una vez que cumplen los 18 años, especialmente los de origen extranjero".

Lo demuestra el hecho de que la mitad de los entrevistados de este sector de edad han vivido en centros de menores, así como que tres cuartas partes de estos jóvenes proceden de países extracomunitarios, el 17 % de países comunitarios que no son España y solo el 5 % han nacido en el estado español.

Una prueba de que el sistema no funciona es que uno de los chicos entrevistados por Arrels, de solo 17 años, es un solicitante de asilo procedente de Gambia que hace dos años que vive en la calle.

Las personas sin hogar padecen, asimismo, de una alta vulnerabilidad: los datos recogidos por Arrels señalan que el 30 % creen tener algún tipo de enfermedad crónica -muchos ellos no acuden al médico- y el 40 % han sufrido agresiones físicas o verbales.

Arrels calcula que entre las personas que llevan menos de medio año viviendo en la calle solo una de cada diez presenta una "vulnerabilidad alta", mientras que esta cifra crece hasta una de cada cuatro sobrepasados los seis meses sin un techo bajo el que cobijarse.

Por distritos, Ciutat Vella, el centro de la ciudad, concentra al 30 % de personas sin hogar, mientras que en Sants-Montjuïc es donde los sintecho hace más tiempo que viven en la calle (casi cinco años de media).

Busquets ha explicado en última instancia que durante la emergencia de la COVID-19 Arrels ha recibido unas 300 llamadas de personas desesperadas porque decían estar a punto de quedarse sin hogar.