Independentismo
Puigdemont prepara una hoja de ruta para culminar la independencia
El expresident participa en la reunión del Consell per la República en Perpiñán, que ha abordado una nueva estrategia de confrontación con el Estado
Carles Puigdemont regresa a la carga con el “procés”. En la antesala de las elecciones, que se celebrarán previsiblemente hacia finales de año, el expresidente de la Generalitat trata de agitar y despertar de nuevo al independentismo, aletargado o, más bien, preocupado por la crisis del coronavirus y sus efectos económicos y sociales. Así, hoy ha reunido al Consell per la República en Perpiñán, ciudad francesa situada a 30 kilómetros de la frontera con España, para trazar una hoja de ruta de confrontación con el Estado que permita culminar la independencia de Cataluña. “Si queremos culminar el proceso de independencia, tenemos que prepararnos”, ha asegurado Toni Comín, vicepresidente de la organización, ideada como un “Govern paralelo” para internacionalizar e influir en la dirección del “procés” desde Bélgica, aunque hasta ahora ha tenido poco eco.
Comín, que ha aclarado que la confrontación debe ser pacífica, ha anunciado también que el Consell per la República ha puesto en marcha una aplicación móvil para que todos los asociados pueden registrarse y disponer de una identidad digital, que permitirá que los inscritos puedan votar la hoja de ruta y la asamblea de representantes -una suerte de “Parlament paralelo” compuesto por cargos electos independentistas-. “La identidad digital es la base desde la que se empezará a ejercer la ciudadanía republicana y un paso muy esperado y necesario de cara al despliegue y consolidación del Consell”, ha apuntado la organización en un comunicado.
Lo cierto es que el Consell per la República, creado en diciembre de 2018, ha despertado poco interés entre el independentismo. Puigdemont se propuso alcanzar el millón de inscritos para que echara a andar, pero hasta ahora solo ha conseguido 88.278 -los inscritos deben de pagar una cuota-. En Esquerra suscita recelo esta iniciativa, mientras que Òmnium y la CUP no participan. La dirección de esta entidad, que es privada, está formada por un Consell de Govern, que integran doce personas: además de Puigdemont (presidente) y Comín (vicepresidente), están los exconsellers fugados Clara Ponsatí y Lluís Puig, la ANC, Demòcrates o Plataforma per la Llengua.
En pleno camino hacia la creación de su partido -se constituirá el 25 de julio- y de las elecciones, Puigdemont intenta agitar de nuevo el “procés”. Sobre todo, también de cara al otoño, donde el independentismo concatenará una serie de fechas simbólicas -la Diada, el 1-O o el 14-O- que pueden contribuir a generar un clima de exaltación que el expresident intentará rentabilizar. Si bien, también es cierto que la pandemia puede alejar ese contexto por las medidas de protección, pero también porque el propio independentismo de base se halle más preocupado por el coronavirus y los efectos que se deriven.
De momento, para la Diada no hay nada preparado. La presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, contempla una movilización entre presencial y virtual, alejada de la idea que planteó Puigdemont meses atrás de una manifestación “masiva” que “respete los términos del confinamiento”, tomando como referencia algunas concentraciones que se han realizado manteniendo las distancias de seguridad. “Es una coreografía espectacular”, aseguró. “Puede dar la vuelta al mundo”, apuntó.
De esta manera, Puigdemont trata de dibujar un nuevo horizonte para el independentismo, que, desde el 1-O de 2017 se ha quedado sin plan fruto de la división estratégica entre los partidos. De hecho, la hoja de ruta y los plazos temporales -cabe recordar el famoso plan para lograr la independencia en 18 meses de las elecciones de septiembre de 2015- siempre han acompañado al separatismo a lo largo de todo el “procés”.
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