Albert Einstein

Albert Einstein: «Soy y siempre he sido ateo»

Sale a subasta una carta del Premio Nobel en la que justifica por qué no cree en Dios

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A los cinco años, Eric C. Caren empezó a coleccionar, al igual que muchos chicos de su edad, cromos de béisbol, monedas y sellos. A los once la cosa cambió al quedar fascinado con los periódicos que encontraba en casas abandonadas. Así empezó a reunir un archivo colosal en el que se explica, a partir de documentos originales, la historia que ha quedado impresa en papel. Son manuscritos, fotografías, folletos, revistas, libros o diarios en el que podemos encontrar una mejor explicación de lo que fue el pasado y sus principales protagonistas. Desde hace un tiempo parte de ese fondo se ha ido vendiendo, especialmente a lo largo de varias subastas. La más reciente esta teniendo lugar durante esta semana en Sotheby's y reúne piezas de gran valor, algunas de ellas vinculadas a la independencia de Estados Unidos. Pero entre todos los lotes de la colección destaca una carta que nos ofrece nuevos datos sobre uno de los nombres más importantes del siglo XX: Albert Einstein.

Con un precio inicial de 40.000 dólares, la misiva está redactada en inglés el 2 de julio de 1945 cuando Einstein ya está instalado en Estados Unidos y es profesor en Princeton. Es en ese momento cuando recibe una nota escrita por Guy H. Raner jr., un profesor de Historia en California. A Raner le había llegado el rumor de que el físico alemán se había hecho ateo por culpa de un sacerdote jesuita. ¿Aquello era cierto? Lo mejor era ir directamente a la fuente y eso es lo que lo animó a ponerse en contacto por escrito con Einstein. La respuesta es un documento de primer orden biográfico para conocer de primera mano el pensamiento del Premio Nobel.

"Querido señor Raner:

Recibí su carta del 10 de junio. Nunca he hablado con un sacerdote jesuita en mi vida y estoy asombrado por la audacia con la que se cuentan mentiras sobre mi.

Desde el punto de vista de un sacerdote jesuita soy, por supuesto, y siempre he sido un ateo. Sus contra argumentos me parecen muy correctos y difícilmente podrían estar mejor formulados. Resulta siempre engañoso usar conceptos antropomórficos al tratar con cosas que están fuera de la esfera humana -analogías infantiles. Debemos admirar con humildad la belleza de la armonía de la estructura del mundo tan rápido como podamos comprenderla. Y eso es todo.

Con mis mejores deseos.

Sinceramente,

Albert Einstein"

El físico alemán nunca ocultó sus impresiones sobre la religión y, más especialmente, sus impresiones sobre Dios. A este respecto, el pasado año se subastó la llamada “carta sobre Dios”, con un desorbitado precio de 2,5 millones de euros. En ella Einstein, redactada un año antes de su fallecimiento, hablaba de lo que pensaba sobre la religión y su propia identidad, es decir, la judía. “La palabra Dios no es para mí más que la expresión y el producto de la debilidad humana”, apuntaba en esa misiva en la que también calificaba la Biblia como “una colección de leyendas venerables, pero bastante primitivas”. A renglón seguido, Einstein recordaba que “ninguna interpretación, sin importar cuán sutil sea, cambiará mi punto de vista sobre esto”. Respecto al judaísmo, comentaba que “y el pueblo judío al que pertenezco gustosamente, y en cuya forma de pensar me siento profundamente anclado, no tiene para mí ningún tipo de dignidad diferente a la del resto pueblos. Según mi experiencia, en realidad no son mejores que otros grupos humanos”.

Ahora otra vez el pensamiento del hombre de ciencia más importante de los últimos cien años, vuelve a ponerse en manos del mejor postor, junto con otros documentos de la colección de Caren. Quedan doce días para seguir haciendo las pujas.