Fiscalía
La Fiscalia advierte del aumento de la explotación de inmigrantes con fines delictivos y laborales
Investiga dos casos de tráfico de menores obligados a robar
La Fiscalía de Barcelona advierte que este año ha detectado un aumento de casos de trata de seres humanos para la mendicidad o para la explotación laboral (y también sexual), coincidiendo con el confinamiento por el coronavirus. De hecho, la fiscal delegada de Extranjería, Pilar Izaguerri, avisa que la pandemia puede agravar la situación: “Cuanto peores son las circunstancias, mayor es la facilidad de abusar de otros”.
Ahora mismo, los juzgados de instrucción de Barcelona investigan dos casos de tráfico de personas en que las víctimas son menores de edad inmigrantes que estaban obligados a cometer delitos. Son contra redes que habían llevado a los menores en la capital catalana para hacerlos delinquir. En un caso utilizaban las víctimas para cometer robos y en el otro los hacían vender droga en la calle. No es la primera vez que existe una investigación de tráfico de menores para explotarlos criminalmente en Barcelona, ya que el año pasado se dictó una sentencia condenatoria contra una banda de Bosnia, detenida en 2016, que utilizaba menores para robar en el metro .
Desde la Fiscalía hace dos años que se investigan los delitos de trata más allá de la destinada a la explotación sexual (de los que hay una treintena de casos abiertos en la capital catalana), entre ellos dos casos de personas que eran engañadas para venir desde Rumanía y les forzaban a mendigar: uno fue sentenciado el año pasado y el otro está pendiente de juicio.
“Hay investigaciones en centros de trabajo en que se puede evidenciar cierta explotación. Pero acreditar que detrás de esta explotación hay trata está siendo muy complicado”, ha lamentado la fiscal ante la dificultad de demostrar engaños para emigrar.
En cuanto a la trata de seres humanos para forzarles a delinquir, hay dos investigaciones judiciales abiertas contra dos redes con víctimas menores de edad a quienes han forzado a vender droga en Barcelona.
En los últimos dos o tres años han detectado mafias que practican el tráfico de menores inmigrantes por cometer delitos, de personas vulnerables para obligarlas a pedir limosna y de otras personas también inmigrantes para explotarlas laboralmente. En el caso de las personas obligadas a pedir limosna, el año pasado se dictó una sentencia condenatoria y ahora la Fiscalía está a punto de presentar el escrito de acusación de otra investigación. En ambos casos, las víctimas y las personas que los explotaban venían de Rumanía.
Los que están pendientes de juicio son los tres encarcelados -dos hombres y una mujer-, que torturaron a un hombre de unos 80 años y le obligaron a pedir limosna: estaba sentado en los Jardinets de Gràcia de Barcelona y casi no se podía mover . Tenía que estar 18 horas en la calle y recogía hasta 500 euros diarios que recibían los explotadores. La degradación que vivió la víctima por estar tanto tiempo en la calle provocó que le tuvieran que amputar la pierna.
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