JuntsxCat

JxCat rechaza la herencia del PDeCAT y sus derechos electorales

Jordi Sànchez, expresidente de la ANC, manda un aviso: "No queremos ser esclavos del pasado"

Protesta por los mil días en prisión de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart
Miembros y simpatizantes de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural se manifiestan ante la sede de la Delegación del Gobierno en Barcelona este domingo con motivo de los 1.000 días de prisión que cumplen Jordi Sánchez y Jordi Cuixart.Marta PérezEFE

Lejos de aunar posturas de cara a la presentación del nuevo partido de Carles Puigdemont, prevista para el 25 de julio, el universo postconvergente parece más disgregado y roto que nunca. Después de que el entorno del expresident maniobrara para acabar arrebatando la marca JxCat a su propio partido, ahora desdeña la herencia del PDeCAT, la formación heredera de Convergència, y rechaza sus derechos electorales ante una posible convocatoria electoral este otoño y aunque haya acuerdo entre las dos familias.

Así lo ha asegurado hoy el expresidente de la ANC, Jordi Sànchez, líder de la Crida e impulsor del nuevo artefacto político de Puigdemont. «No queremos ser esclavos del pasado, los derechos electorales de JxCat los ganara JxCat, no necesitamos herencias», aseguró contundente en una entrevista en Catalunya Ràdio. Un aviso claro y directo a la línea de flotación del partido que ahora dirige David Bonvehí y que nació hace cuatro años para recoger el testigo de la todopoderosa Convergència de Jordi Pujol y Artur Mas.

De hecho, Sànchez ha querido subrayar y dejar claro que en caso de que haya «acuerdo» entre el PDeCAT y JxCat, el nuevo partido que se presente a las urnas no concurrirá con los derechos electorales heredados de los postconvergentes. Una declaración de intenciones que resalta el carácter personalista e independiente del proyecto encabezado por Carles Puigdemont bajo el paraguas del 1-O.

«La imagen es muy simple, sumamos personas y no siglas», ha ahondado Sànchez tras insistir en un mensaje y un proyecto que pivota alrededor del expresident de la Generalitat desde Waterloo, huido de la Justicia española.

Eso sí, el exlíder dela ANC y dirigente de JxCat no rehuye un acuerdo in extremis con el PDeCAT, aunque lo desliga de asumir cuotas de partido o la citada «herencia» electoral. Así, Sànchez ha descartado la fórmula de la coalición entre JxCat y el PDeCAT para las próximas elecciones catalanas. «Lo que está sobre la mesa es presentarse todos en plena igualdad, y que sea la militancia del nuevo partido que decida» la dirección y las listas electorales.

Sobre quién liderará la nueva formación, afirmó que el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont deberá «tener las primarias oportunas dentro de la formación que avalen su posición» para hacerlo. Se podrán presentar a encabezar el partido «todas las personas que quieran ser candidatas y que la militancia de JxCat decida». «Las puertas de JxCat estarán abiertas siempre a cualquier persona y cargo electo que haya sido elegido en su municipio u organismo a partir de denominación de JxCat», subrayó Sànchez en referencia a la problemática que se puede dar con los dirigentes con carné de partido que quieran sumarse al proyecto de Puigdemont.

En cuanto a la fecha de estas elecciones, ha seguido la línea marcada por JxCat y por el propio president Torra y defendió deberían celebrarse «en el momento en que se tenga la certeza de que se ha salido del peor periodo del coronavirus y que se puedan realizar en plena normalidad».

Sànchez también se ha posicionado sobre la mesa de diálogo con el Gobierno y ha indicado que no deben tener cabida «ni reformas de códigos penales ni amnistías». «Tenemos que hablar de cómo solucionamos el conflicto que desde hace muchos años tenemos y que desde el régimen del 78 se hace visible con la negación del derecho de autodeterminación».