Hollywood
¿Perdió Jayne Mansfield la cabeza en un accidente de coche?
Una de las más repetidas leyendas asegura que la actriz murió decapitada el 29 de junio de 1967
Fue uno de los grandes iconos sexuales de los años sesenta. Ella se presentaba ante todos como una suerte de sustituta de Marilyn Monroe, aunque en muchos aspectos parecía una suerte de la más exagerada caricatura de la rubia platino en la que gustaba reflejarse. Vivió rápido, demasiado rápido, dejando tras de sí una carrera cinematográfica más bien sosa, con películas en las que solamente destacaba su espectacular presencia. Se llamaba Jayne Mansfield y dentro de unos días volveremos a recordar que un 29 de junio de 1967 perdió la vida en un accidente de coche. La leyenda negra de Hollywood apunta que la cabeza fue encontrada en el frío asfalto de una carretera mientras viajaba hacia Nueva Orleans, donde la esperaban para participar en un programa de televisión.
Jayne Mansfield nació el 19 de abril de 1933, en Bryn Mawr, una localidad de Pensilvania. Su verdadero nombre era Vera Jayne Palmer y desde pequeña empezó a mostrar interés por convertirse en una estrella. Probó suerte tomando clases de baile de salón o de violín, pero a la niña lo que más le atraía era la idea de convertirse en el futuro en una nueva Shirley Temple. A los 17 años viajó a Los Ángeles y fue en esa ciudad donde vio cuál debía ser su futuro. En esa época ya estaba casada con un relaciones públicas llamado Paul Mansfield de quien esperaba una niña, Jayne Marie Mansfield. La joven empezó a estudiar arte dramático y se apuntó al concurso de belleza Miss California, pero su celoso marido la obligó a abandonar la competición. Otra vez en ruta, la familia se fue a Texas, apuntándose de nuevo la pareja a clases de interpretación, algo que Jayne simultaneaba con su labor como modelo de desnudos artísticos y como recepcionista en un estudio de baile.
Probó suerte en el teatro e, incluso, llegó a participar en una producción de “Muerte de un viajante” de Arthur Miller, pero sin suerte. Tampoco pareció que la fortuna llamara a su puerta cuando se presentaba a una prueba para la gran pantalla, como le sucedió en la Paramount. Si empezó a llamar la atención fue gracias a Hugh Hefner, el espabilado editor de la revista “Playboy”, siempre a la caza de chicas con las que ilustrar su revista. En febrero de 1955, Jayne apareció por primera vez en las páginas centrales de la publicación, un hecho que se iría repitiendo hasta convertirse en un indiscutible icono para Hefner. Fue su gran presentación ante el mundo.
Tras aparecer en algunas comedias mediocres, Mansfield -gracias a “Playboy”- llamó la atención de los grandes estudios. En mayo de 1956 firmó un contrato por seis años con la Twentieth Century Fox que pensaba en ella como la sustituta ideal de Marilyn, con la que esa firma tenía una mala relación en esos momentos. Ella no perdió la oportunidad, hecho que hizo que en 1957 Jayne ganara un globo de oro como actriz revelación imponiéndose a Natalie Wood y Carroll Baker. Su carrera fue una montaña rusa hasta que finalmente cayó en picado, al igual que su irregular vida personal con tres matrimonios y cinco hijos.
Fue el símbolo de la opulencia y de lo hortera como lo demuestra el llamado Pink Palace, es decir, Palacio Rosa, una casa situada en el número 10100 de Sunset Boulevard, en Beverly Hills, y que destacaba precisamente por ese color en sus paredes y por una piscina en forma de corazón. Actualmente ya no existe, pero cuando empezó a demolerse, a principios de este siglo, no fueron pocos los admiradores que se aproximaron allí para llevarse un ladrillo rosa como recuerdo.
En 1967, Jayne se ganaba la vida actuando en clubes nocturnos donde el plato fuerte de la actuación es que se quitara la ropa, a veces con dos funciones por noche. El 28 de junio de 1967, Jayne participó en un espectáculo en un club llamado Gus Stevens Supper Club, en Biloxi, Mississippi. Al día siguiente le tocaba salir en televisión por lo que de nuevo tomó la carretera subida en un Buick Electra de 1966, propiedad de su abogado, que lo acompañaba en la excursión, tres de sus hijos y su chófer. Alrededor de las 2:25 de la mañana del 29 de junio, en la autopista US 90, al oeste del puente Rigolets, el Buick chocó violentamente contra la parte trasera de un camión. Los tres adultos murieron en el acto mientras que los pequeños sobrevivieron.
Cuando la policía y la prensa llegó al lugar de los hechos se empezaron a tomar imágenes en mitad de aquel caos. Entre ellas, destacó la imagen borrosa de lo que parecía una cabeza boca abajo de cabellos rubios y que estaba separada del cuerpo de Jayne Mansfield. Eso hizo que durante mucho tiempo y todavía hoy se siga creyendo que la actriz murió decapitada. En realidad era su peluca que había volado por los aires tras el choque. Tenía 34 años.
Si alguna vez viajan a Los Ángeles, en Santa Monica Boulevard, muy cerca del cementerio Hollywood Forever, está Dearly Departed Tours & Artifact Museum, una empresa que se dedica a organizar paseos por los lugares más legendarios y oscuros de la meca del cine. Allí se expone desde hace pocos años el Buick Electra en el que se dice -equivocadamente- que Jayne Mansfield perdió la cabeza.
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