Sucesos

Un grupo de menas destrozan un local de Calella (Maresme) tras agredir a golpes a un joven

La comarca barcelonesa vuelve a sufrir actos delictivos de menores extranjeros no acompañados

Se cumplen ahora casi exactamente once meses desde que la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia (Dgaia) de la Generalitat confirmara al Ayuntamiento de Calella (Maresme) el cierre del centro de emergencia para acoger a menores migrantes no acompañados (mena) ubicado en el Hotel Marisol.

De los 60 menores que se llegaron a alojar en el establecimiento sólo ocho fueron realojados en un piso de acogida. Fueron aquellos menores que, según la alcaldesa de Calella, Montserrat Candini “habían demostrado su integración y por tanto tienen un proyecto de vida”.

Un año después, en plena pandemia, Calella vuelve a ser protagonista por problemas relacionados con este tipo de jóvenes. En esta ocasión, un grupo de menas, de nuevo de nacionalidad magrebí, la emprendieron a golpes con un compatriota suyo. Además de la agresión, el problema es que era en el interior de un local, que acabó destrozado.

Municipios como Mataró y Premià de Mar,también del Maresme, han sufrido durante la pandemia oleadas de robos, en la calle y a domicilio, al parecer protagonizados por jóvenes “okupas”. Ante la presión vecinal, tuvieron que ser trasladados a otras poblaciones.