PDeCAT

El PDeCat se divorcia de JxCat en el Congreso y el Parlament

Defenderá su línea ideológica en ambas cámaras: podría votar diferente y próximamente abordará con el partido de Puigdemont si comparten grupo

El portavoz del PDeCat, Marc Solsona
El portavoz del PDeCat, Marc SolsonaLa Razón

El divorcio entre el PDeCat y Carles Puigdemont puede tener efectos inmediatos sobre el tablero político español y catalán –en menor medida ya que la legislatura está al borde del final–. El partido heredero de Convergència se ha desmarcado del rumbo de JxCat y va a tratar de marcar perfil propio de ahora en adelante, una circunstancia que se puede traducir en votos de manera diferenciada en determinados asuntos parlamentarios, entre los cuales podrían aparecer los Presupuestos Generales del Estado (PGE). De momento, desde el PDeCat sostienen que todos los escenarios «están abiertos» de cara a las cuentas públicas después de que esta mañana el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tendiera la mano.

La dirección del partido se ha reunido esta tarde, precisamente, para abordar cómo encara el porvenir tras la ruptura con JxCat, ya que albergan representación tanto en el Congreso de los Diputados (4 diputados) como en el Parlament (4 diputados) –la consellera de Empresa, Ángels Chacón, fue expulsada del Govern–. De momento, han acordado defender su «línea ideológica» en ambas cámaras parlamentarias y prevén abordar con JxCat si continúan compartiendo grupo. La voluntad del partido es empezar a «hacer política» y escapar de la espiral de la confrontación permanente con el Estado que abandera Puigdemont.

Los neoconvergentes están dispuestos a abrirse a una negociación en Madrid para extraer beneficios para Cataluña. Sánchez ha tendido la mano para negociar con el PDeCat, aunque también es cierto que las cosas no serán fáciles porque las distancias son relevantes: por un lado, porque el partido de Artur Mas es independentista –en este punto, también es cierto que el Gobierno está haciendo gestos y esfuerzos por tratar de desinflamar el clima político en Cataluña–; por otro lado, porque el PDeCat impondrá exigencias en materia económica y social que pueden estar alejadas de Podemos, PSOE o incluso Esquerra si se acaba sumando al acuerdo. De hecho, los republicanos han vetado la presencia del PDeCat de una posible entente de presupuestos ya que consideran que es un partido de centroderecha y apuestan por un proyecto de izquierdas.

En cualquier caso, el PDeCat ha dado un paso más en su alejamiento de JxCat. El PDeCat es consciente de que las circunstancias que ha dibujado la crisis del coronavirus reclaman devolver la gestion del día a día al centro y dejar en un segundo plano la exaltación continua que genera el «procés». En este sentido, a la diferencia estratégica con JxCat, también se une la distancia ideológica que ha permanecido disimulada durante estos años, pero que ha estallado ahora, a raíz de la emergencia sanitaria. El PDeCat aspira a definirse y reivindicarse como un partido de centroderecha inpedendentista, mientras que JxCat ha quedado, de momento, atrapado en una ambigüedad ideológica –aunque las principales voces han situado en el centroizquierda–. Como ejemplo de las diferencias que ha habido en esta legislatura de calado ideológico, cabe destacar dos en el último año: los presupuestos, donde el PDeCat tuvo que digerir a disgusto una subida de impuestos acordada por el Govern con Podemos; o, más reciente, la proposición de Ley para regular los precios del alquiler, que también rechaza y ahora se halla en suspenso pese a que está previsto que se vote mañana.

Desde la dirección tienen claro que la próxima legislatura en Cataluña será «ideológica» y pesarán cuestiones de carácter económico y social. Para ello, tienen la voluntad de situar como candidata a Àngels Chacón, consellera de Empresa cesada recientemente por Quim Torra como «purga» por no sumarse a JxCat. Chacón, pese a que ha carecido de discurso político porque apenas ha entrado en las refriegas, sí que ha cultivado durante esta legislatura un perfil de gestión muy bien acogido: de hecho, es una consellera que ha contado con el respeto y la aprobación de su sector. El PDeCat, además, ha conservado un peso pesado como Artur Mas, que tiene previsto participar en campaña y arropar al partido, así como más de un centenar de alcaldes de municipios como Reus, Vilafranca o Igualada.