La Generalitat quiere flexibilizar más los horarios de visitas en las residencias

La conselleria de Salud ha actualizado el Plan sectorial de gestión de la infección por el coronavirus SARS-CoV-2 en el ámbito residencial para "flexibilizar más” las visitas de familiares de los residentes, ha informado en un comunicado.

Las visitas a partir de ahora estarán autorizadas en “aquellas situaciones que garanticen la no propagación de la infección” por Covid-19, e irán en función de la clasificación de la residencia, es decir, si es verde (no tiene ningún caso confirmado), naranja (con algún positivo, pero sectorizado y aislado) o roja (centros con positivos y alto riesgo de contagio).

Desde el inicio del confinamiento, y sobre todo en las primeras semanas, las más duras, el aislamiento de los ancianos residentes en centros geriátricos fue uno de los aspectos más polémicos. Vino acompañado todo de una elevada mortalidad detectada en las residencias, hecho a tener aún muy en cuenta, y precisamente por el régimen de visitas de familiares.

Ahora, la actualización del Plan permite las visitas en residencias verdes y naranjas --que representan el 95% de los centros catalanes--, estas últimas solo para aquellos residentes sin patología y en zonas habilitadas, teniendo en cuenta que las cifras siguen siendo malas.

En las residencias de ancianos ha habido hasta ahora 17.841 personas que han dado positivo, de las que 6.476 han muerto y 39 se encuentran actualmente ingresadas.

El nuevo plan también flexibiliza las salidas de los residentes para pasear por la calle y para visitar familiares siempre que se puedan aplicar “con criterio” las medidas de protección.

El secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon, ya abogó hace dos semanas por hacer una “reflexión para flexibilizar más” las visitas a los pacientes de las residencias, manteniendo un equilibrio con las medidas para evitar que haya rebrotes.

Lo explicó en rueda de prensa en el marco de los cribados a profesionales de los centros residenciales, que se realizarán de forma periódica en función del riesgo de rebrote que haya en el área de gestión asistencial en la que se encuentra el centro.

El riesgo de rebrote permite valorar el crecimiento de una epidemia y es el producto resultante entre la velocidad media de reproducción del virus en la última semana --a qué ritmo se propaga la enfermedad-- y la tasa de incidencia acumulada, es decir, la cifra de nuevos casos de los últimos 14 días por cada 100.000 habitantes.