Coronavirus
Cataluña prevé decretar un toque de queda cuando se apruebe el estado de alarma
Aragonès reclama una gestión “descentralizada” para que la Generalitat conserve el mando en la gestión
El presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, ha solicitado hoy un estado de alarma “descentralizado”, que permita al Govern mantener todas las “competencias” para tomar medidas en las próximas semanas para contener la ola de contagios. Una vez decretado el estado de alarma -es posible que mañana ya obtenga luz verde-, la Generalitat tiene previsto aprobar un toque de queda para limitar la vida nocturna, aunque, de momento, no ha concretado la franja horaria.
La portavoz de la Generalitat, Meritxell Budó, ha explicado que bajo el paraguas del estado de alarma, la toma de decisiones será mucho más ágil ya que no deberán obtener el visto bueno del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). El TSJC ha tumbado en algunas ocasiones medidas tomadas por la Generalitat para contener los contagios ya que consideraba que no tenían la cobertura legal oportuna. Tampoco se ha concretado qué otras medidas se pueden tomar, como el confinamiento perimetral. En cualquier caso, Budó ha descartado la posibilidad de que se reabran bares y restaurantes, como mínimo, hasta el viernes, que es cuando vence el plazo de aplicación de la restricción -en los próximos días se hará una valoración de la evolución de los datos-.
El Govern ha hecho, sobre todo, mucho énfasis en la descentralización de la gestión del coronavirus tras la experiencia de marzo, abril y mayo, cuando el Gobierno concentró el mando durante el estado de alarma. En este sentido, Aragonès ha revelado que el Govern ha estado en contacto con el Gobierno y han recibido una respuesta afirmativa sobre su petición de descentralizar la gestión del estado de alarma para que las medidas se puedan decidir y ejecutar desde Cataluña.
La curva de contagios ha registrado un ascenso imparable en las últimas dos semanas en Cataluña. De hecho, justo hace 15 días, la autonomía estaba a punto de reabrir las discotecas, pero, de golpe, los contagios empezaron a aumentar hasta situarse hoy en 5.403 casos. El riesgo de rebrote sigue creciendo -hoy está ya en 638, cuando el límite se sitúa en 100- y la velocidad de propagación está en 1,48 -debería estar por debajo de 1-.
En cuanto a los pacientes ingresados actualmente, la cifra se sitúa en 1.698, lo que supone un aumento de 72 respecto al último recuento. Un total de 296 pacientes se encuentran ingresados en la unidad de cuidados intensivos (UCI) -hay capacidad para 915 pacientes-, 14 más que en el balance anterior.
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