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El escritor que se acostó con 10.000 mujeres

Simenon alardeó ante Fellini de haber tenido miles de relaciones a lo largo de su vida

Georges Simenon
Georges SimenonAcantilado

John Simenon lanza un suspiro y pone cara de resignación cuando le pregunto si es verdad la leyenda que persigue a su padre Georges Simenon, uno de los más importantes y prolíficos de la literatura europea del siglo XX. El creador del comisario Maigret, con millones de lectores en todo el mundo todavía en la actualidad -por fortuna-, sigue siendo objeto de polémica por unas declaraciones realizadas en 1977 a su querido amigo Federico Fellini. “Fue una exageración por parte de mi padre. Sé que esa pregunta me la seguirán haciendo siempre que me hablen de mi padre”, me apunta John Simenon durante una conversación mantenida en febrero de 2017.

A principios de 1977, Simenon estaba en uno de sus mejores momentos. Solo cinco años había anunciado que se retiraba y que dejaba de escribir. “No escribiré más”, había proclamado. Pero esa marcha no quiere decir que vaya a cerrar la puerta a todos aquellos que quieran entrevistarlo. Para Simenon los periodistas son muy afines a él. No se puede olvidar que empezó su trayectoria escribiendo reportajes en diarios.

En enero de 1977, el escritor asiste a un pase privado de la última película de Federico Fellini. Es “Casanova” y la productora Gaumont ha querido que él sea uno de los primeros afortunados en ver el nuevo trabajo del realizador italiano, un buen amigo con el que se ha escrito en ocasiones, aunque hayan sido pocas las ocasiones en las que hayan podido dialogar cara a cara. Para el autor de “La dolce vita”, el novelista es alguien en quien puede confiar, pero también un espíritu afín. El 22 de septiembre de 1969 le había escrito una carta a su “querido Simenon” en la que le aseguraba que “me siento muy acomplejado ante usted, y la sola posibilidad de vernos en diciembre, en Roma, y de conversar, me transforma en un niño emocionado desde este momento”. Por su parte, Simenon le escribe a Fellini en una misiva del 18 de agosto de 1976 que “probablemente es usted la persona del mundo con la que siento los lazos más estrechos en el terreno de la creación”.

Pero volvamos al visionado de “Casanova”. Cuando aparecen los títulos de crédito finales y se encienden las luces de la sala, Simenon solamente alcanza a decir dos palabras: “obra maestra”. Está muy impresionado con la particular lectura que ha hecho Fellini del mítico escritor y amante veneciano. Le ha gustado tanto que está dispuesto a hacer todo lo posible para promocionar esa producción. ¿Por qué no montar un encuentro entre los dos grandes hombres? ¿Un diálogo en casa de Simenon en Lausana? Un tema de esas características, una exclusiva de ese tipo podría ir a una revista importante, como “L’Express” que la publica el 21 de febrero de 1977 dedicándole portada y varias páginas del interior. Todo ello se resume en el titular “Fellini entrevistado por Simenon por su Casanova”.

En el transcurso de la entrevista, ambos califican a Casanova como una suerte de “hermano”. Durante esa conversación, como dice Pierre Assouline, biógrafo del novelista, se acaba imponiendo la amistad y el periodismo desaparece. Eso es lo que provoca que los dos sean sinceros el uno con el otro, hasta el punto de que Simenon se vanagloria al declarar que “verá, Fellini, creo que en mi vida yo he sido más Casanova que usted”. El realizador se queda impresionado cuando el escritor añade que “he hecho el cálculo, hace un años o dos. Desde los trece años y medio, he tenido más de diez mil mujeres. No era del todo vicio. No tengo ningún vicio sexual, pero necesitaba comunicar. E incluso las ocho mil prostitutas que hay que contar entre esas diez mil mujeres, eran seres humanos, seres humanos hembras. Me habría gustado conocer a todas las hembras. Por desgracia, debido a mis matrimonios, no podía tener verdaderas aventuras”.

Cuando concluye su argumentación, Georges Simenon es plenamente consciente de que ha construido una leyenda en la que mezcla realidad y ficción, algo que sus biógrafos no podrán determinar ante la ausencia de datos que corroboren ese hecho.

Pocos años después, a raíz del suicidio de su hija Marie-Jo, Simenon volvería a escribir para hacer recuento de su vida. De la afirmación a Fellini no habrá ni rastro, pero sí de otros episodios más escandalosos. Pero eso es otra historia.