toque de queda

El sindicato de la Guardia Urbana Csif acusa a Colau de no ordenar más mano dura contra las protestas y saqueos en Barcelona

Denuncian fallos en la cadena de mando del Ayuntamiento el primer fin de semana con toque de queda en la capital catalana

La plaza de Sant Jaume y sus alrededores fueron escenario de enfrentamientos protagonizados por grupos de personas que, tras una manifestación negacionista de la Covid-19, quemaron mobiliario urbano y lanzaron bengalas y vallas a los Mossos.EFE/Quique García
La plaza de Sant Jaume y sus alrededores fueron escenario de enfrentamientos protagonizados por grupos de personas que, tras una manifestación negacionista de la Covid-19, quemaron mobiliario urbano y lanzaron bengalas y vallas a los Mossos.EFE/Quique GarcíaQuique GarciaEFE

El pasado fin de semana fue el primero con el toque de queda de las 22 a las 6 horas por el coronavirus en Barcelona, y a lo largo de esos días hubo protestas, concentraciones, altercados e incluso saqueos en establecimientos. Se produjeron decenas de denuncias por parte de los cuerpos policiales. Pero también hay malestar, sobre todo en la Guardia Urbana.

Un malestar contra la alcaldesa, Ada Colau, que no es precisamente nuevo. En esta ocasión es porque el principal sindicato de la Guardia Urbana en Barcelona, el CSIF denuncia que no recibieron órdenes de desplegarse mientras se producían las imágenes del caos y las tiendas eran asaltadas impunemente. Aseguran que tan sólo se les dio instrucción de tomar las calles cuando todo había pasado.

De esta manera, no se explican qué ocurrió en la cadena de mando del Ayuntamiento para que en esos momentos no se activase a la UREP. Se trata de la Unidad de Refuerzo, Emergencias y Proximidad de la Guardia Urbana de Barcelona, compuesta por policías instruidos en el mantenimiento del orden público y con los medios antidisturbios que requería la situación.

Esa orden no llegó -o al menos no a tiempo- y hoy los agentes de la Guardia Urbana lamentan las imágenes de los saqueos o de la agresión a compañeros. Como la de un agente al que unos manifestantes agredieron con su moto y acabó por los suelos, teniendo que intervenir porra en mano otros miembros de su unidad. La noche del viernes al sábado se saldó con quince detenidos y decenas de heridos.