14-F
Puigdemont no será el candidato de JxCat en las elecciones catalanas
El plazo para presentar candidatura a las primarias del partido concluía hoy. Sí se integrará en la lista
Hasta el último momento, Carles Puigdemont ha mantenido la incógnita sobre su futuro electoral en Cataluña: finalmente, no liderará la lista de JxCat en las elecciones del 14 de febrero y, tal como estaba previsto, se quedará como eurodiputado en el Parlamento Europeo. El plazo para presentar su candidatura a las primarias de JxCat concluía este miércoles. De esta manera, las elecciones internas, que terminarán con la proclamación del candidato a la Generalitat el 29 de noviembre, contarán con dos contendientes: la portavoz en el Congreso Laura Borràs y el conseller Damià Calvet.
A última hora de la tarde y tras guardar silencio durante toda la jornada, Puigdemont ha publicado un misterioso mensaje a través de las redes sociales: una foto con un fondo lleno de logos de su nuevo partido JxCat, sin precisar si iba a dar el paso o no. Poco después, el expresident ha confirmado que participará en la candidatura e irá en la lista previsiblemente en un puesto simbólico, pero no será el presidenciable.
En el vídeo, Puigdemont ha confirmado que no será el “número uno”, aunque participará y se “empleará a fondo” en la próxima campaña electoral. “No renuncio a liderar el proyecto. Estaré en la candidatura de JxCat, trabajaré a fondo en la campaña para garantizar que en esta legislativa podamos avanzar hacia el objetivo que compartimos con el referéndum del 1-O”, ha señalado renovando el desafío y dejando claras las líneas maestras de un partido centrado en la independencia, que incluso abraza la vía unilateral y que apuesta por la “confrontación inteligente” con el Estado.
De hecho, el expresident no ha dudado en señalar de nuevo al Estado y ha denunciado que la “represión española” le impide presentarse como presidenciable en las urnas. “JxCat tiene que encontrar un candidato que pueda participar en una investidura”, ha admitido entre críticas.
Puigdemont fue el candidato de JxCat en las últimas elecciones catalanas del 21 de diciembre de 2017 y se convirtió en el símbolo de la remontada in extremis frente a Esquerra. Todas las encuestas proyectaban una victoria de los republicanos, pero la gran visibilidad del expresident durante la campaña electoral, la promesa incumplida de su regreso a Cataluña si vencía y el encarcelamiento de Oriol Junqueras condenaron a los republicanos a la derrota en su enfrentamiento con los postconvergentes por 12.000 votos de diferencia. El líder de JxCat también se apuntó otra victoria parcial en los comicios europeos del 26 de mayo del año pasado, cuando se impuso con holgura en Cataluña frente a PSC y ERC.
Ahora, el expresident renuncia y permanecerá como eurodiputado. Desde el Parlamento Europeo, podrá retener la inmunidad -aunque a partir del 16 de noviembre comienza el trámite del suplicatorio para retirársela- y puede moverse por toda Europa sin el riesgo a ser extraditado. Si venciera y quisiera ser investido como president, se vería obligado a dejar el escaño en Estrasburgo, perdería la inmunidad y tampoco podría entrar en España porque sería detenido. Además, a JxCat le espera una dura pugna con Esquerra -que cuenta con el cartel de favorita en todas las encuestas- para remontar y lograr una hipotética victoria dentro del independentismo en las urnas que le permita retener el mando del “procés".
A partir de ahora, Laura Borràs y Damià Calvet serán rivales dentro del partido de Puigdemont para tratar de alcanzar la presidencia Generalitat en la próxima cita con las urnas. Borràs ha sido la última en dar en paso y confirmar su candidatura. Su trayectoria ejemplifica parte del espíritu que Puigdemont quiso recoger y cobijar en las elecciones de 2017: se trata de una dirigente independiente, sin carné de partido hasta que decidió integrarse en la candidatura del expresident hace tres años con JxCat, vinculada a la órbita postconvergente, muy cercana al también expresident Quim Torra -quien ya le ha manifestado abiertamente su apoyo- y una de las voces más beligerantes contra el Estado. “Soy una mujer determinada a conseguir la independencia de Cataluña y a hacerlo con vuestra fuerza, que es la mía. Hagámoslo juntos, hagamos que pase lo que no ha pasado nunca en Cataluña. Hagamos historia y hagámoslo juntos”, ha remarcado hoy en el vídeo.
Cuenta a su favor con el apoyo interno de la militancia del partido, que la escogió como una de las dirigentes más votadas para formar parte de la cúpula de la nueva formación. Sin embargo, frente a sus aspiraciones políticas se encuentra la causa investigada en el Supremo acerca de su gestión al frente de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC) entre el 2013 y el 2017. En concreto, se investiga a la diputada por la presunta adjudicación irregular a un amigo de 18 contratos por valor de 259.863 euros cuando dirigía la ILC, unos hechos que, según el Supremo, podrían constituir presuntos delitos de prevaricación y malversación, entre otros.
Damià Calvet, en cambio, ejemplifica una vía más centrada en la gestión diaria -es titular de la importante cartera de Territorio, que gestiona las infraestructuras en Cataluña-, un factor importante teniendo en cuenta el contexto de crisis social y económica derivada de la pandemia del coronavirus. Con un perfil mucho más técnico que Borràs, Calvet es un hombre de partido, asociado siempre a las siglas de la extinta Convergència -se afilió a sus juventudes con apenas 16 años-, que dejó luego el PDeCAT para sumarse al partido personalista de Puigdemont y concurrir al 14-F. Dirigente que ha ido escalando en paralelo dentro de la postconvergencia y en el sector público, llegó a la Generalitat de la mano de Artur Mas en 2010 con puestos técnicos dentro del propio departamento de Territorio que ahora dirige.
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