Opinión

Una novela de Barcelona

El azar y el jurado han querido que el premio Nadal de 2021, concedido la semana pasada a la escritora Najat El Hachmi, coincidiera con el centenario del nacimiento de Carmen Laforet, que en 1944 obtuvo el mismo premio en su primera convocatoria

Carmen Laforet (Barcelona, 1921–Madrid, 2004) pasó su infancia y adolescencia en Gran Canaria, donde su padre se había trasladado por motivos laborales. En 1939 regresó a Barcelona para estudiar la carrera de Filosofía y Letras, que no llegó a terminar, y tres años más tarde se trasladó a Madrid con la intención de cursar la de Derecho, que tampoco concluyó. Mujer tímida y frágil, de compleja personalidad (y remito al lector interesado al magnífico libro de Anna Caballé e Israel Rolón “Una mujer en fuga. Biografía de Carmen Laforet”), se dio a conocer con “Nada” (1945), la novela ganadora del primer Nadal.

“Nada” ofrece un retrato de la vida gris y monótona de los años de posguerra en Barcelona a través de las experiencias de la protagonista, Andrea, en su primer año como estudiante universitaria. Poco a poco, las ilusiones con que había llegado se van convirtiendo en desencanto y su vida y su entorno le llegan a resultar asfixiantes. Ni en la universidad, ni en la convivencia con sus compañeros, ni en la casa de la calle Aribau en que se aloja –trasunto de la de los abuelos de la autora, y espejo de la miseria económica y moral de la época– encuentra Andrea “nada” de lo que había esperado encontrar.

El poso existencial característico de la época, los indudables ecos autobiográficos –su familia se vio retratada en la novela, y jamás se lo perdonó– y una escritura aparentemente sencilla pero cargada de emotividad son algunos de los rasgos distintivos de la obra.

El paso de los años no le ha sentado nada mal a esta novela, al contrario, y hoy se sigue leyendo con el mismo gusto e interés que despertó en su tiempo.