Análisis

La abstención decidirá una victoria por la mínima

La encuesta de NC Report para LA RAZÓN se basa en la manifestación de ir a votar de tan solo el 58,2% del censo, una caída histórica de 20,9 puntos porcentuales respecto a 2017

Material electoral para los próximos comicios de Cataluña en un almacén del Ayuntamiento de Barcelona
Material electoral para los próximos comicios de Cataluña en un almacén del Ayuntamiento de BarcelonaMarc BrugatEuropa Press

Forzar unas elecciones en plena tercera oleada del coronavirus tendrá dos consecuencias, la primera que habrá una abstención récord. Y la segunda, que se asegura un repunte de los contagios, como sucedió con el 8-M.

Prueba del desinterés de los catalanes por estas elecciones, que hasta hace unos días la mayoría de la ciudadanía estaba convencida de su lógico y necesario aplazamiento, es la escasa proporción de electores que ha solicitado el voto por correo; 284.706, exactamente, que si bien multiplican por 3,6 las registradas en las anteriores elecciones, no deja de ser el 5,3% de todo el censo, cuando en las elecciones vascas de julio, el porcentaje de solicitantes de voto por correo representó el 7,3%. Las elecciones vascas se aplazaron tres meses para hacerlas coincidir con el fin de la primera oleada y la reducción de la tasa de contagios. Las catalanas no se aplazan y tendrán lugar con datos alarmantes para Cataluña facilitados en el último parte de Sanidad. El precio a pagar por el 14-F, va a ser desde el punto de vista de la salud, muy elevado, como ya sucediera en el País Vasco.

La abstención que finalmente se produzca alterará los cálculos electorales de las encuestas, si afecta más a las personas con más de 50 años, PSC y JxCat empeorarán sus previsiones y ERC se convertiría en la primera fuerza política. Si por el contrario se resiente más la participación entre los menores de 50 años, ERC quedará condenada a la tercera posición y el duelo por la primera plaza se dará entre PSC y JxCat.

La encuesta de NC Report para LA RAZÓN se basa en la manifestación de ir a votar de tan solo el 58,2% del censo. Lo que representa una caída histórica de 20,9 puntos porcentuales con relación a las anteriores elecciones. El aumento en 1.188.628 de la abstención, que quedaría en 2.350.192, el 41,8% del censo.

Con respecto a los posibles pactos postelectorales, y a diferencia de lo sucedido en 2017, ahora no solo dan mayoría absoluta a la suma de JxCat+ERC+CUP, sino que también se puede articular una mayoría PSC+ERC+Comunes, el tripartito que gobernó entre 2003 y 2010, y cuyo mayor aportación fue la elaboración de un Estatuto que chocaba con la Constitución Española. Fue el germen del «procés» que con la vuelta de CIU al poder en 2010, se dobló la apuesta. Ya no era suficiente un nuevo Estatuto de Autonomía, se iniciaba el camino hacia la independencia.

La clave de lo que sucederá en Cataluña en la próxima legislatura la tiene ERC, que es decisiva para una u otra coalición de gobierno. O sigue con los independentistas o inicia una aventura con la izquierda. La opción de reeditar el actual gobierno es la más pragmática para ERC, pues de este modo evita que su gran rival, JxCat ejerza la oposición y erosione a ERC. La consecuencia sería que JxCat captaría al electorado más independentista de ERC, ya que si los republicanos gobiernan con PSC y Comuns, deberían renunciar a la independencia durante el tiempo que durase el gobierno tripartito. JxCat aprovecharía para volver a erigirse como la fuerza que liderase el independentismo.

No obstante los bloques pro independencia y anti independencia siguen manteniéndose en una sorprendente estabilidad con respecto a 2017; los «indepes» pasarían del 47,5% al 47,1%, mientras que el bloque contra la independencia iría del 43,5% al 44,5%. Los ajustes sucederían en el interior de cada bloque; importante entre los contrarios a la independencia, con caída de 14,5% de Ciudadanos, que se compensa con crecimientos de 7,6 puntos del PSC, de 2,1 puntos del PP y la irrupción de VOX con el 5,8% de los votos.

En el bando independentista la corrección es mucho menor, ante las leves caídas de JxCat y ERC; 1,8 y 1,1 puntos, respectivamente, se produce el avance de 1.0 puntos de CUP y 1,4 puntos que conseguiría el renovado PDeCAT.