Tras los indultos

Puigdemont y los huidos: la nueva consigna de JxCat para reactivar el “procés”

Turull y Forn ensalzan al expresident y atribuyen parte de las medidas de gracia al “trabajo desde el exilio”. Ponen el foco en Waterloo y se muestran a favor de un encuentro con Junqueras y el resto

Un retrato de Carles Puigdemont en los aledaños de la cárcel de Lledoners antes de que los indultados salieran a la calle
Un retrato de Carles Puigdemont en los aledaños de la cárcel de Lledoners antes de que los indultados salieran a la calleJoan MateuAP

«Somos nueve de 3.000, veremos si se abre una nueva etapa». Con esta frase resume Jordi Turull la nueva consigna tras los indultos a los condenados por el «procés». La medida de gracia es un «gesto» pero no es suficiente para el independentismo, como admitió Turull, y JxCat y Esquerra exigen una ley de amnistía que califican de ineludible, indispensable para empezar negociar con Pedro Sánchez. Y aquí se revuelven y miran hacia Waterloo, principalmente desde las filas postconvergentes. «Si estamos en la calle es gracias también al trabajo que se ha hecho desde el exilio», advirtió ayer el exconsejero Joaquim Forn (Junts) en una entrevista en el diario «Ara», una de las primeras tras salir del centro penitenciario de Lledoners el miércoles.

«Es desde el exilio donde se están ganando las batallas», clamó esta semana la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, dirigente de la órbita de Puigdemont, quien atribuyó a la presión ejercida desde Waterloo que el Consejo de Europa se pronunciara a favor de la excarcelación de los políticos presos, instara al Gobierno español a reformar los delitos de sedición y de rebelión y pidiera retirar la solicitud de extradición contra el expresident de la Generalitat.

Un relato para poner de nuevo el foco en Carles Puigdemont y relanzar el «procés» tras la negociación del Govern de coalición entre ERC y JxCat que puso en la picota al expresident –señalado por los republicanos por querer «tutelar» a Aragonès– y la apuesta de los republicanos por el diálogo y el pacto con la Moncloa, con Aragonès al frente de la Generalitat y Junqueras de Esquerra.

En la misma línea se ha posicionado Jordi Turull, quien ha reconocido que la intención de los indultados de JxCat es acudir a Waterloo a reunirse con Carles Puigdemont, aunque no ha puesto fecha a la cita al cumplirse apenas un par de días de estar en la calle y al tener aún varias cuestiones por resolver. En este sentido, el exconsejero también ha admitido que un encuentro entre el líder de ERC, Oriol Junqueras, y Puigdemont «haría feliz a mucha gente». «Es bueno desmitificar y desmontar leyendas», aseguró tras situar a ambos como los principales líderes del movimiento independentista.

La reforma del delito de sedición

En total, hay cinco independentistas por Europa con cuentas pendientes con la Justicia española: además de Puigdemont, están los exconsellers y ahora eurodiputados Clara Ponsatí y Toni Comín; la secretaria general de Esquerra, Marta Rovira; y la exdiputada de la CUP, Anna Gabriel. Tanto Rovira como Gabriel están en Ginebra (Suiza). Más allá de las reclamaciones de amnistía, que el Gobierno rechaza de plano –«no existe en ninguna democracia», reiteró esta semana la vicepresidenta Carmen Calvo–, la principal vía de regreso que tienen es la reforma del delito de sedición para que se rebajen las penas y cuando vuelvan y se enfrenten al proceso judicial, puedan garantizarse evitar pasar por prisión.

En este sentido, Podemos lleva desde hace tiempo liderando la reforma del delito de sedición propuesta por Jaume Asens, líder de los comunes en el Congreso y dirigente con buenas conexiones dentro del soberanismo, especialmente en Esquerra. Sin embargo, es el Ministerio de Justicia quien está trabajando en el proyecto de reforma para rebajar a la mitad las penas de prisión por este delito, que ahora oscilan entre los 8 y los 15 años.

En ERC también apelan al «exilio», aunque de una forma más comedida y sin mentar explícitamente a Puigdemont en cada ocasión: «Somos 9 personas que nos añadimos al esfuerzo y el trabajo para la libertad de este país para la amnistía de los 3.000 represaliados, de la gente amenazada por procesos judiciales habidos y por haber, por los que están en el exilio», aseguró Junqueras al salir de Lledoners.