Infraestructuras
La tuneladora de la L9 volverá a perforar diez años más tarde
La obra del metro de Barcelona acumula un sobrecoste de casi 5.000 millones de euros, un 151% más de lo previsto
Las obras públicas suelen ser un buen momento para que un político se haga la foto de turno. Incluso en infraestructuras de más envergadura, como las líneas de metro, se inauguran estaciones sin que la obra esté acabada. Esta circunstancia, sin embargo, hace tiempo que no se cumple en Cataluña. La línea 9 del metro ha ido dando algún que otro pasito en los últimos tiempos sin ninguna instantánea que lo recuerde. Podría pensarse que la Generalitat no está demasiado orgullosa de su desarrollo, que simboliza la quintaesencia de la mala gestión o la sombra del 3%. Sólo ellos lo saben. En cualquier caso, lo cierto es que tras diez años dormitando en el subsuelo barcelonés, la Generalitat pagaba religiosamente un alquiler diario, la tuneladora de la l9 reprenderá los trabajos.
A principios de 2022, así pues, se reanudarán los trabajos del túnel de 4 kilómetros entre las futuras paradas de Manuel Girona y Lesseps. El Departamento de la Vicepresidencia, Políticas Digitales y Territorio ha firmado una orden para activar los trabajos previos. Esta tuneladora excavará, en una primera fase, hasta Mandri, y después, el resto de túnel hasta Lesseps, donde hay una segunda máquina que se desmontará. En un comunicado, Territorio explica que los trabajos previos para arrancar la tuneladora requieren de unos meses, por lo que no se prevé que empiece a excavar hasta principios del año que viene. La perforación del tramo central que queda pendiente con tuneladora tiene un presupuesto de 79 millones.
La puesta en marcha de la tuneladora es un paso más para acabar el tramo central de la L9, que lo comparte también con la L10 entre las estaciones de Zona Universitaria y la Sagrera, que ya tiene una parte del túnel excavado. Culminar esta obra costará 946 millones, un dinero que la Generalitat hace once años en su plan económico-financiero. En febrero, se reanudaron los trabajos para tapar el pozo que las obras dejaron en la confluencia de Mandri con el paseo de la Bonanova, que deben durar un año.
La SIndicatura de Cuentas hizo público un informe a finales del año pasado que ponía negro sobre blanco en la obra más desastrosa emprendida nunca por la Generalitat. En concreto, detectaba un sobrecoste de 4.949,01 millones de euros hasta 2016, un 151,5% más de lo previsto. En un informe señala que hasta el 31 de diciembre de ese año el coste de las obras de construcción, de 6.916,47 millones de euros, superaba en 4.949,01 millones los 1.967,46 previstos en los encargos iniciales hasta el ejercicio de 2002, cuando empezó a construirse. La Sindicatura especifica que este coste no incluye los gastos operativos relativos a la explotación y el mantenimiento preventivo de la línea porque no forman parte del coste de la construcción de la L9, por lo que el montante es bastante superior.
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