Economía

La otra fuga de empresas de Cataluña: de Lleida a Aragón

En los últimos años, se ha registrado una salida de compañías de territorio catalán a la autonomía aragonesa

Pere Aragonès, junto al conseller de Empresa, Roger Torrent.
Pere Aragonès, junto al conseller de Empresa, Roger Torrent.Quique GarcíaEFE

En octubre de 2017, se desató una fuga de empresas de Cataluña a otros territorios de España –el balance, a día de hoy, es superior a 7.000– por el temor a las consecuencias que pudiera tener el desafío independentista. Si bien, desde algunos sectores empresariales y políticos se ha empezado a hacer énfasis sobre otra huida de empresas, que ha coleccionado menos ruido mediático, pero va desangrando poco a poco una zona importante de la autonomía, como es Lleida. Pimec, patronal de la pequeña y mediana empresa en Cataluña que lidera Antoni Cañete, ha puesto el grito en el cielo recientemente contra la «fuga de empresas» de la capital del Segrià hacia Aragón. De hecho, un estudio concluye que en los últimos 15 años se ha disparado la creación de compañías en Huesca mientras en Lleida ha sido mucho menor.

En concreto, entre 2005 y 2020, en la provincia de Huesca ha crecido el número de empresas en un 8% mientras que en Lleida, un 2%. Y, ¿cuál es la causa de estos datos? Dejando de lado el proceso independentista, las razones hay que buscarlas, sobre todo, en la intensa campaña de captación de empresas que ha lanzado Aragón mientras Cataluña y Lleida han mantenido un entorno lleno de dificultades para el desarrollo de la iniciativa privada. Tanto es así que se ha convertido en muy común instalar la empresa en territorio aragonés (en la Franja de Aragón, zona fronteriza catalanoparlante), aunque luego se viva en Lleida. «Lleida se está convirtiendo en una ciudad dormitorio», lamentaba el líder del PP en la capital del Segrià, Xavi Palau, recientemente. «A Lleida le ocurre como a Guadalajara con Madrid. La gente va a trabajar a la Franja, que está a 15 minutos por autovía, y vuelve a dormir a Lleida», explica Pere Roqué, presidente de la Associació d’Autonoms de la provincia de Lleida (Amall) y la organización agraria Asaja en Lleida.

En este sentido, entre las causas específicas que se detectan hay tres principalmente: la burocracia; los costes económicos; y, la falta de suelo industrial. Con respecto a la burocracia, Roqué explica que Aragón pone muchas más facilidades para la creación de empresas tanto a nivel legislativo como también en cuanto a ayudas. En este sentido, Roqué recalca sobre todo la facilidad para encontrar terrenos para instalarse en Aragón, a diferencia de Lleida, donde la Ley es mucho más estricta a nivel medioambiental y urbanístico. En concreto, hace referencia a la conversión de suelo urbano en suelo industrial: «Aragón necesitaba crear puestos de trabajo y, para ello, apostó por atraer empresas poniendo suelo».

Hay empresarios que llevan tiempo esperando a recibir permisos para poder instalarse en Lleida y terminan por hastiarse y marcharse a Aragón. Lo cierto es que, en este sentido, las responsabilidades de esta dinamica están repartidas entre el Ayuntamiento de Lleida y la Generalitat. «Si Barcelona compartiera frontera con Aragón, pasaría lo mismo», aventura a decir Roqué, que también señala los costes económicos como otra de las causas determinantes. Costes económicos tanto a nivel impositivo (Cataluña lidera el ranking de autonomías con mayores figuras tributarias, tiene un total de 18) como en otros aspectos. «Solo el gasoil es más barato en Aragón que en Cataluña», precisa.

Con este entorno, Aragón está logrando captar mucha inversión tanto procedente de Cataluña como del resto de España y del exterior (a nivel internacional). En cambio, Lleida se va convirtiendo en una de las principales damnificadas a pesar de que tiene buenas condiciones para crecer y convertirse, entre otras cosas, en la capital del corredor del mediterráneo en el sector agroalimentario. «Esto requiere una fiscalidad atractiva, una base social importante y dar espacio a las empresas en los polígonos industriales», expone Roqué, que también puntualiza que la capital del Segrià tiene ya buenas infraestructuras, como la estación de AVE, autopista o el Aeropuerto de Alguaire, y una buena ubicación geográfica. En cualquier caso, una queja recorre usualmente a los habitantes de Lleida: consideran que la provincia es la más «olvidada» por la Generalitat, que critican que siempre ha volcado más recursos sobre Girona o Tarragona.