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El incierto futuro de Colau en Barcelona

La alcaldesa medita un salto a la política nacional ante la posible pérdida del gran bastión de los comunes en Cataluña en las próximas elecciones municipales

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau
La alcaldesa de Barcelona, Ada ColauALEJANDRO GARCÍAAgencia EFE

A menos de dos años para las próximas elecciones municipales, los tres partidos con posibilidades de llevarse la alcaldía de Barcelona son un mar de dudas. Bien sea por el candidato, por la dinámica política o por las luchas internas del partido, lo cierto es que ni ERC, ni el PSC ni tampoco Bcomú, a nivel municipal, pasan por sus mejor momento. La situación es tan endiablada que podría incluso llegar el día de las elecciones con tres candidatos de pasado o presente socialista. Es decir, Jaume Collboni, Ernest Maragall y Jordi Martí, siempre y cuando la actual alcaldesa diese un paso al costado antes, y no después, de las elecciones.

La batalla de Barcelona, en un escenario tan abierto, va a ser despiadada. Pese a las especulaciones sobre una eventual salida a la política nacional, todos los caminos conducen, y más en un partido tan personalista como Bcomú, a Colau como candidata. La supervivencia de los comunes está en juego y es de las pocas plazas fuertes que Podemos y sus partidos satélite conservan. A lo que se le suma que buena parte de las políticas emprendidas por Colau, como la transformación urbanística de la ciudad o el parque público de viviendas, necesitarán de una tercera legislatura para consolidarse. Otra cosa sería si los comunes perdiesen la capital catalana. Tras ocho años de alcaldesa, cuesta imaginarse a Colau en la oposición. En ese caso, los candidatos a sucederla son tres de sus regidores: Eloi Badia, el ex socialista Jordi Martí y, en menor medida, Janet Sanz.

Lo cierto es que la idea del salto a la política nacional ya sobrevolaba Barcelona hace unos años. Incluso desde círculos de los comunes alentaban la posibilidad de unas hipotéticas primarias entre Ada Colau y Pablo Iglesias. Al fin y al cabo, por aquel entones, Colau estaba más cerca de las tesis de Íñigo Errejón en Podemos que de las del propio Iglesias. No obstante, con la retirada de este último, con la creciente presencia femenina al frente del partido, y con la amistad que la une a Yolanda Díaz, a nadie se le escapa que el futuro de Colau podría pasar por un ministerio.

El PSC, a su vez, añora su pasado. No hace tanto ostentaba la presidencia de la Generalitat y ocupó la alcaldía de Barcelona durante casi quince años. Tras una larga travesía por el desierto y un independentismo cada vez más desmotivado, ganaron las pasadas elecciones autonómicas. Están de vuelta y la capital catalana sería la guinda del pastel ante la imposibilidad de alcanzar la Generalitat mientras dure la polarización de la sociedad catalana. De hecho, hasta Salador Illa y Miquel Iceta han sonado como eventuales candidatos. En ERC, por su parte, las elecciones municipales, tras hacerse con la Generalitat, son la ocasión perfecta para quitarse el sambenito de «pupas» de la política catalana. En este contexto, sin embargo, la presencia de Ernest Maragall es duda y suena Roger Torrent.