Cataluña

La Generalitat trabaja ahora en escenarios alternativos para ampliar el aeropuerto de El Prat

La conselleria de Territorio, en manos de JxCat, reabre el debate tras el rechazo de Esquerra

Un avión vuela por el espacio protegido de la Ricarda, en El Prat de Llobregat
Un avión vuela por el espacio protegido de la Ricarda, en El Prat de LlobregatKike RincónEuropa Press

Cataluña se ha quedado sin la ampliación del aeropuerto de El Prat por las desavenencias del Govern, aunque la consellería de Territorio, en manos de JxCat y liderada por Jordi Puigneró sigue sin arrojar la toalla. Ahora, el vicepresidente de la Generalitat ha rescatado el proyecto y está estudiando escenarios alternativos para materializar la reforma de una infraestructura vital para el crecimiento de Cataluña, a pesar de que deberá, sobre todo, conseguir el plácet de Pere Aragonès y Esquerra, que se ha convertido en su principal obstáculo.

El Gobierno decidió paralizar la ampliación de El Prat tras detectar una fuerte resistencia de Esquerra -algunos consellers de su partido tenían previsto acudir a una manifestación contra este proyecto en Barcelona- y, finalmente, se ha quedado fuera del Documento de Regulación Aeroportuaria entre 2022 y 2026, que recoge todos los proyectos de AENA: una inversión de 2.250 millones de euros durante cinco años, de los cuales 120 estaban asignados para El Prat, pero se redirigirán a actuaciones medioambientales (Barajas, por ejemplo, se llevará 433 millones).

La previsión era de 120 millones de euros hasta 2026, pero 1.700 millones de euros en una década, que tendrían un impacto económico colosal: 83.000 empleos directo y un sustancial crecimiento del PIB (el aeropuerto pasaría de generar el 7% del PIB catalán al 9%). De hecho, según un estudio de la Universidad de Barcelona, entre 2022 y 2042, la ampliación de El Prat aportaría casi 100.000 millones de euros al PIB catalán (entre la actividad aeroportuaria y el desarrollo urbanístico de los alrededores).

Si bien, parece muy difícil un replanteamiento de las posiciones porque están muy enconadas. Y eso que los agentes sociales han presionado también para forzar un acuerdo: en primera línea ha estado Foment del Treball con Josep Sánchez Llibre al frente, que lideró en junio un encuentro con entidades y empresarios a favor de la ampliación de El Prat y ha insistido durante estas últimas semanas en reclamar al Govern que rectifique. Los principales sindicatos (CC.OO. y UGT) también se han expresado en la misma línea por la gran cantidad de puestos de trabajo que se crearían.

Puigneró pactó la ampliación junto a la Ministra de Transportes, Raquel Sánchez, pero se encontró desde primera hora con con el rechazo de Podemos y, más tarde, de Esquerra porque consideran que va a tener unas consecuencias medioambientales muy altas para la autonomía: por un lado, porque la ampliación de la tercera pista obliga a invadir una parte de la laguna de La Ricarda, de mucho valor ecológico; y, por otro lado, por el aumento de tráfico aéreo que iría asociado (ahora se ha alcanzado unos 55 millones de pasajeros al año y se aspira a llegar a 70 millones).

Lo cierto es que el aeropuerto ha destapado alianzas cruzadas porque Esquerra y Podemos han rechazado una ampliación por las consecuencias medioambientales, mientras que JxCat y PSOE se han mostrado a favor porque sostienen que es una gran oportunidad económica porque permitiría conectar a Barcelona de forma intercontinental (vuelos a Asia, América o África). En todo caso, como ha dicho esta mañana el presidente de AENA, Maurici Lucena, el desafío de nuestro tiempo es afrontar el dilema entre “progreso económico y protección ambiental”. Y, en este punto, ha señalado que El Prat es un “aperitivo”.

Desde la conselleria de Territorio sostienen que siempre han querido hacer viable la ampliación de la capacidad de vuelo del aeropuerto garantizando la preservación ambiental y de la Laguna de la Ricarda, por ello, están trabajando ahora en “diversos escenarios” para adaptarse a “estos condicionantes”. De momento, en todo caso, Territorio tampoco quiere dar más detalles ni concretar cuál puede ser la alternativa que dibuja porque quiere hacerlo de forma consensuada con los ayuntamientos del entorno de El Prat, que se han mostrado muy recelosos o críticos con la ampliación.

Una de las alternativas que podría trazar la Generalitat es extender la tercera pista -necesaria para que operen los aviones de gran fuselaje que ofrecen vuelos intercontinentales- hacia el oeste y hacia el este, y no solo hacia el este como pretendía Aena. De este modo, se minimizaría el impacto sobre la laguna de La Ricarda, situada al este de la actual tercera pista.

En todo caso, tampoco parece que la Generalitat pueda llegar a tiempo porque el Gobierno aprobó el 28 de septiembre el Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA), que incluye todos los proyectos aeroportuarios entre 2022 y 2026. Y, el Gobierno, ya avisó que enterraba el debate hasta 2026. JxCat parece con ganas de reabrirlo desde ya.