Cataluña
Pulso entre Puigneró y Giró por llevar las riendas de JxCat en el Govern
Ambos dirigentes tratan de impulsar iniciativas con el objetivo de asumir el liderazgo de la formación en la Generalitat
JxCat optó por escoger para el Govern a perfiles técnicos y con impacto mediático para tratar de reivindicarse como partido de gestión tras una legislatura de Quim Torra marcada por el desgobierno, que había castigado y desgastado todavía más a una de las siglas herederas de Convergència. Entre los consellers que más proyección están teniendo por la importancia de sus carteras están Jordi Puigneró, vicepresidente y responsable de Territorio y Políticas Digitales, y Jaume Giró, conseller de Economía, pero ambos mantienen un pulso por llevar las riendas de JxCat en el Govern.
Ambos pugnan por asumir el liderazgo en la formación posconvergente en el Govern. Tal y como explican quienes conocen los entresijos del Govern, su relación es muy mejorable. “Cuando uno presenta un proyecto, responde el otro con otro intento”, afirman. En este sentido, esta circunstancia explica también por qué el propio Puigneró ha tratado de reactivar recientemente la ampliación del aeropuerto de El Prat cuando se daba ya por enterrado en el Govern. El vicepresident ha convertido la reforma de la infraestructura en una de sus plataformas para proyectarse esta legislatura y no está dispuesto a dejarlo escapar, pero tiene escaso respaldo porque en el mundo independentista ni Esquerra (socio de Govern) ni la CUP lo comparten.
Pese al revés, Puigneró ha persistido y en una reciente comparecencia en el Parlament reiteró su voluntad por encontrar una solución que permitiera ampliar el aeropuerto y convertirlo en hub internacional que ofrezca a Barcelona vuelos intercontinentales (además de los 1.700 millones de euros de inversión y 83.000 empleos). También Puigneró trata de capitalizar un hipotético traspaso de Rodalies, una reivindicación histórica del nacionalismo catalán y muy tangible (el funcionamiento de Cercanías afecta a muchos ciudadanos y una mejora o cambios tendrían un impacto inmediato y visible).
Giró, por su parte, ha tratado de tomar el liderazgo con iniciativas como los avales para poder hacer frente a la fianza que exigía el Tribunal de Cuentas a los exaltos cargos de la Generalitat por gastos en el exterior durante el “procés”, aunque tampoco tuvo éxito. El conseller de Economía había diseñado una operación en la cual necesitaba también a los bancos, pero, pese a su importante trayectoria en el sector, no consiguió convencer a ninguno. Y ahora tiene por delante los presupuestos catalanes de 2022, donde tiene que una dura prueba de fuego porque tiene que negociarlos con la CUP y va a tener que hacer muchos esfuerzos (de momento, trata de generar el clima adecuado diciendo que tiene “una sensibilidad de izquierdas mayor de lo que la gente se cree”).
Si bien, también es cierto que ambos tienen horizontes políticos distintos. Así, Puigneró sí trata de tomar protagonismo para darse más a conocer (vive eclipsado por la proyección de Carles Puigdemont y Laura Borràs, a pesar de que la legislatura pasada ya consiguió alguna foto importante que le dio visibilidad como el lanzamiento del nanosatélite “Enxaneta”) y poder convertirse en el candidato del partido de Puigdemont (con quien mantiene una muy buena relación) en las próximas elecciones. En cambio, Giró busca más bien reconocimiento, dejar su impronta y resarcirse de su fallido paso por el F.C. Barcelona, donde iba a convertirse en el hombre fuerte de Joan Laporta y al final acabó saliendo antes del inicio de mandato, y del fiasco con la operación de los avales.
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