Cataluña

El choque de los presupuestos entierra el pacto de legislatura entre Generalitat y la CUP

Esquerra da por suprimida la cuestión de confianza que se pactó para mitad de legislatura

La líder de En Comú Podem, Jéssica Albiach y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, escenifican el preacuerdo al que han llegado para desbloquear la aprobación de los Presupuestos de la Generalitat.
La líder de En Comú Podem, Jéssica Albiach y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, escenifican el preacuerdo al que han llegado para desbloquear la aprobación de los Presupuestos de la Generalitat.Andreu DalmauEFE

La cuestión de confianza en 2023 que incluía el pacto de investidura sellado entre Esquerra y la CUP se convirtió en el principal punto del acuerdo. ¿Por qué? Porque se erigió en la garantía de que el Govern iba a cumplir punto por punto con todo el pacto: si no lo hacía, Pere Aragonès se quedaría sin el respaldo de los cuperos y tendría muchas dificultades para agotar la legislatura como president y Cataluña se precipitaría a nuevas elecciones. Sin embargo, todo ha cambiado en poco más de medio año: la CUP se ha descolgado prácticamente como aliado del Govern tras el choque en las negociaciones sobre los presupuestos de 2022 y en Esquerra ya dan la cuestión de confianza casi por enterrada.

«Es cierto que los Presupuestos en sí mismos, el no haber conseguido cristalizar esta mayoría que sí fue posible en la investidura, ya denota una pérdida de confianza en este punto», ha expresado la portavoz de Esquerra, Marta Vilalta, dando por disuelto el pacto de legislatura. Un respiro para los republicanos, que podían ver ese examen a mitad de legislatura como una seria amenaza para la presidencia de la Generalitat, y porque ahora se van a sentir mucho menos vinculados a los compromisos con la CUP. Y todavía menos cuando Catalunya en Comú ha irrumpido como un socio cada vez más involucrado en la estabilidad del Govern (pese a que lo quieran negar). La formación morada ha virado en su discurso y ha pasado de renegar de acuerdos con JxCat por ser la formación heredera de Convergència a resignarse y asumirlos.

Los Comunes pretendían un bipartito con Esquerra y el apoyo externo del PSC, pero se han dado de bruces con la realidad y esa ecuación se da por inviable esta legislatura. En este marco, se han conformado con ganar protagonismo y erigirse en socio del Govern: a la aprobación de los presupuestos (el acuerdo definitivo podría anunciarse esta misma semana) y de un decreto Ley clave sobre energías renovables, la líder del partido, Jéssica Albiach, se ha abierto a llegar a nuevos acuerdos con el Govern a lo largo del mandato.

«Tenemos claro que no hemos venido a darle estabilidad al Govern, sino a darle estabilidad al país, frente a un Govern inestable», ha defendido en una entrevista en «Europa Press» y ha apostado por hacer una oposición constructiva para reorientar la acción de la Generalitat y conseguir mejoras para la gente. Los Comunes, de esta manera, ganan peso en la legislatura, aunque está por ver cómo concilia con JxCat por la hostilidad que se profesan ambas formaciones y el horizonte electoral apremia (municipales de 2023). En este sentido, de cara al relato político de cada partido, no les conviene ni a posconvergentes ni a morados fotografiarse juntos, como está ocurriendo ahora con los presupuestos.

Mientras los Comunes entran en la ecuación de gobernabilidad, la CUP parece queda cada vez más alejada. El Govern no se ha vuelto a reunir con los cuperos desde el fracaso en las negociaciones en la primera votación de los presupuestos y se han distanciado a pesar que desde Esquerra y JxCat se trate, en público, de dar apariencia de que se busca una reconciliación de todo el independentismo.