Polémica
¿Qué pasa con el dibujo de Picasso para Els 4 Gats?
La cotización de la obra, tras ser ofrecida en Barcelona en 2004, ha bajado en 300.000 euros y sale ahora a subasta en Montecarlo
Si pensamos en una obra que identifique a Picasso con Barcelona, probablemente la primera que se nos viene a la cabeza sea el dibujo que el pintor realizó para ilustrar el menú de la cervecería Els 4 Gats. Sin embargo, esa pieza no forma parte de la colección del museo barcelonés que lleva el nombre del genio malagueño. Puede que ahora sea el momento para hacerse con él porque en unos pocos días sale a subasta el original de Picasso. Será el Hôtel des Ventes de Montecarlo el encargado de poner en manos de la mejor oferta esta pieza el próximo 20 de enero. Su precio de salida es de 120.000 euros, aunque se espera que pueda llegar hasta los 150.000 siendo optimistas.
Pero no es esta la primera vez que este dibujo aparece en el mercado. Su vida ha sido algo viajera en las últimas dos décadas. Retrocedamos hasta 2004. Ese año, Oriol Galeria d’Art, una ya desparecida galería de arte barcelonesa, dedicaba una exposición a la amistad entre Picasso y Joan Miró.Una de las obras expuestas era este original que se presentaba por primera vez en la capital catalana desde que fuera realizado entre 1898 y 1899, probablemente por encargo de Pere Romeu, el dueño del mítico establecimiento modernista. La misma muestra también viajó a la sala Guillermo de Osma Galería de Madrid y la Galerie Thessa Herold de París. En aquel momento se ofrecía por 420.000 euros. El Museu Picasso se interesó por este trabajo, pero no lo adquirió. También lo hizo el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, pero en el último momento decidió cederle el testigo al museo barcelonés que declinó adquirirlo para que formara parte de sus colecciones.
Sin suerte, el menú de Els 4 Gats volvió a hacer las maletas, en esta ocasión para viajar hasta Sotheby’s de Nueva York donde fue vendido el 8 de noviembre de 2006. Es entonces cuando se pierde momentáneamente su rastro y durante unos años parece que acaba en una colección privada belga. Previamente, en 2002, la misma histórica casa de subastas lo había ofrecido en Londres, aunque se desconoce si logró comprador antes de llegar, dos años después a Barcelona.
Si seguimos el viaje de la pieza volvió a ponerse al alcance del mejor postor. Fue el 18 de noviembre de 2020, en Vanderkindere, de Bruselas (Bélgica). Sorprendentemente se ofrecía por unos 30.000 euros como precio de salida, una cantidad bastante pequeña para una obra de estas características. También llama la atención que en aquel momento, aunque ya estábamos en plena crisis sanitaria, no apareciera ningún comprador interesado. Vanderkindere admitía que no tenía ningún certificado de autenticidad por escrito, aunque «la obra ha sido autenticada para cada venta por la Sra. Widmaier Picasso verbalmente». Se refiere a la hija mayor del pintor que suele avalar obras de su padre, algo que también lleva a cabo la Sucession Picasso que dirige Claude Picasso, otro de los hijos del autor de «Les demoiselles d’Avignon». Se trata de algo muy raro porque en 2004, cuando fue presentado por primera vez en Madrid, Barcelona y París sí se contaba con certificado de Josep Palau i Fabre, una de las máximas autoridades en el pintor, fechado el 1 de febrero de 1999. Por otra parte, también se indicaba que «Maya Widmaier Picasso ha confirmado la autenticidad de Picasso».
¿Y en Mónaco? ¿Existe algún certificado para la venta del próximo día 20? Hôtel des Ventes apunta que «la autenticidad de esta obra ha sido confirmada por Maya Widmaier Picasso», aunque no se detalla si por escrito o simplemente verbalmente. De la autenticidad llevada a cabo por Palau i Fabre no se dice nada.
Tampoco hay noticia alguna en el inventario de Montecarlo sobre si hay alguna anotación en el reverso de la obra. En 2004 se le dijo a este diario que en la parte posterior se conservaba un pequeño apunte de Picasso, así como unas anotaciones realizadas por otra mano, en las que se leían los nombres de Pere Romeu y Miquel Utrillo, quienes, junto a Santiago Rusiñol y Ramon Casas, eran las almas de Els 4 Gats. En 2020, en Vanderkindere solamente parece que ha quedado lo que sería la firma de Miquel Utrillo.
Probablemente sea hoy Pablo Picasso el pintor moderno más cotizado y demandado por coleccionistas y casas de subastas de todo el mundo. Los precios de sus pinturas, dibujos, grabados o cerámicas lo convierten en un valor seguro, incluso con independencia de la etapa creativa del genio. Es su nombre y su personalísimo estilo el que lo ha convertido en un artista que los principales museos y colecciones quieren poseer en sus fondos. El pasado año, «Femme assise près d’une fenêtre (Marie-Thérèse)», fue adjudicado en Christie’s por 85 millones de euros. El pasado mes de octubre, un dibujo de la época azul del pintor se vendió en Barcelona por 85.000 euros, doblando los 40.000 euros de su precio de salida. Fue adquirido por el Museu Picasso de Barcelona.
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