Disculpas aceptadas
El indulto y homenaje a las brujas de hace 400 años es la prioridad independentista del día
El Parlament recuerda a estas víctimas de la “persecución misógina” con el apoyo de JxCat, ERC, comunes y CUP
La restitución de la memoria histórica de las mujeres condenadas por brujería en Cataluña llega hoy al pleno del Parlamento catalán gracias a una resolución conjunta de ERC, JxCAT, los comunes y la CUP que denuncia la “persecución misógina” contra estas mujeres.
El texto de la resolución, que se debatirá y votará en la segunda sesión del pleno de la Cámara catalana, indica que Cataluña “es uno de los lugares de Europa donde más mujeres fueron acusadas de brujería”.
La ‘caza’ de brujas en Cataluña dejó centenares de feminicidios entre los siglos XVI y XVIII documentados tras investigaciones historiográficas que muestran una sociedad feudal y descentralizada donde las mujeres con conocimientos médicos, viudas o no normativas eran acusadas de brujería y asesinadas con la connivencia social.
Por ejemplo, en el Vall d’Àneu, en la comarca del Pallars Sobirà (Lleida), uno de los lugares con más ejecuciones en la zona, se aprobó la ley contra el crimen de “brujería” más antigua de Europa, datada en 1424.
Además de reconocer en el Parlament a estas mujeres como víctimas de una “persecución misógina”, el texto que se votará insta a los ayuntamientos catalanes a que revisen el nombre de sus calles para incorporar los nombres de las mujeres condenadas por brujería en su municipio, como ejercicio de “reparación histórica y de feminización” del callejero de sus localidades.
“Con la visión que tenemos hoy en día, hablaríamos de feminicidio y persecución política a la disidencia”, explica en declaraciones a EFE la diputada de ERC Jenn Díaz, una de las impulsoras de la propuesta de resolución.
La iniciativa surgió de una campaña de la revista ‘Sàpiens’ llamada ‘No eren bruixes, eren dones’ (‘No eran brujas, eran mujeres’), que busca “recuperar la memoria de aquellas mujeres que eran inocentes, sin prejuicios ni falsedades”.
La campaña llegó a oídos de Díaz, que consensuó un texto con ‘Sàpiens’ y, después, lo abrió al resto de grupos para que hicieran sus aportaciones.
El resultado: una propuesta de resolución conjunta que “repara la memoria histórica” de estas mujeres e incentiva “acciones de desagravio”.
La resolución señala que las mujeres que fueron “procesadas, torturadas y ejecutadas” por supuesta brujería eran “migrantes, pobres, sanadoras, con saberes sobre la sexualidad y la reproducción, gitanas, viudas y consideradas conflictivas”.
“Todas ellas estigmatizadas y señaladas por sus propios vecinos como brujas y emponzoñadoras”, agrega el texto.
La diputada de JxCat Aurora Madaula considera relevante incorporarlas al nomenclátor callejero y saber que en Barcelona “hay calles que se refieren a mujeres perseguidas”; se trata, en sus palabras, “de un ejercicio simbólico de reparación” y de “defensa de la memoria”.
“No podemos hacer ‘presentismo’ ni anular las sentencias, pero sí enfocarlo a recuperar la memoria y el conocimiento de que había una persecución hacia las mujeres que se salían del sistema machista”, afirma Madaula, que es doctora en Historia. La tortura era un procedimiento reglamentado en Cataluña entre los siglos XV y XVIII.
Las cazas de brujas son un fenómeno que se dio en toda Europa entre los siglos XV y XVIII. En el caso catalán su incidencia fue especialmente cruenta en comparación con el resto de la península Ibérica: hasta ahora el historiador Pau Castell ha podido poner nombres y apellidos a cerca de un millar de mujeres y también algunos hombres que fueron acusados de este crimen inexistente. “Hay muchos más que no han dejado rastro documental”. La primera ley que condena la brujería data de 1424, es la más antigua de Europa y se redactó en Cataluña.
De esta manera, el Parlament aprobará una moción para reparar la memoria histórica, dignificar y reivindicar la figura de las brujas quemadas en Cataluña durante el siglo XVII. Lo anunció el presidente catalán, Pere Aragonès, en persona en la presentación de un documental titulado ‘Brujas, la gran mentira’, en el que se plantea que lo que pasó en Cataluña con las brujas fue un feminicidio.
Aragonès calificó la ejecución de brujas de “feminicidio institucionalizado”. Se basa en que Cataluña fue uno de los focos mundiales de las cacerías de brujas. Solo en los diez años que van entre 1619 y 1629, un centenar de mujeres fueron colgadas por acusaciones de brujería. Ahora, el Parlament quiere reparar esta situación y denunciar estas muertes.
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