Economía

Foment teme que Barcelona pierda 25.000 empleos si no frena las “supermanzanas”

La patronal pide al Ayuntamiento parar un programa que provocaría una caída del 20 % en la facturación de los comercios

Imagen de una supermanzana proyectada por el Ayuntamiento de Barcelona
Imagen de una supermanzana proyectada por el Ayuntamiento de BarcelonaAYUNTAMIENTO DE BARCELONAAYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Alerta de la patronal catalana, Foment del Treball. La organización que preside Josep Sánchez Llibre ha reclamado al Ayuntamiento de Barcelona que paralice el programa urbanístico de las «supermanzanas» en el distrito del Eixample ante las consecuencias «gravemente perjudiciales» que van a tener desde una perspectiva medioambiental, económica y social. De hecho, la patronal pone cifras encima de la mesa: según sus estimaciones, como consecuencia de la dificultad de acceso a la ciudad que provocarán estas «supermanzanas», se podría perder alrededor del 20% de la facturación del comercio y de la restauración (unos 3.500 millones de euros), lo que comportaría la pérdida de unos 25.000 puestos de trabajo como mínimo.

Sánchez Llibre se reunió el pasado 21 de diciembre con los representantes de los sectores económicos de peso en Barcelona (representan el 80% del PIB de la ciudad y ocupan a medio millón de personas), por un lado; y con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la segunda teniente de alcaldía, Janet Sanz, de otra. Foment se mostró satisfecho por el compromiso con el diálogo, pero también advirtió del «amplio rechazo de los sectores económicos al modelo urbano» que defiende Colau.

La patronal avisa que el plan urbanístico de Colau es perjudicial desde la perspectiva medioambiental porque el «incremento de la saturación de las rondas y del Eixample generará un incremento de emisiones contaminantes y de ruido». También desde una perspectiva económica ya que, al «desincentivar los desplazamientos hacia Barcelona», se «perjudicará muy gravemente» al comercio, la restauración y el ocio; y, desde una perspectiva social porque advierte de que «dará lugar al conflicto social y enfrentamiento entre ciudadanos» ya que augura que «las eventuales mejoras en unas calles se verán anuladas por el incremento de perjuicios en otras». «Haciendo, además, la vida más difícil a las personas que viven fuera de Barcelona y trabajan en ella», señala la patronal.

El proyecto de Colau pasa por trasladar las «supermanzanas» al importante distrito del Eixample, para convertir los cruces de Consell de Cent con Girona y Comte Borrell en espacios cívicos y de actividades y los de Rocafort y Enrique Granados en plazas ajardinadas. La previsión es que empiecen las obras en junio.

La organización que preside Sánchez Llibre considera que se generará «conflicto social» por el «incremento de colas y del tiempo» que muchas personas tendrán que emplear para ir y volver al trabajo o en la ciudad y porque «las eventuales mejoras en unas calles (los ejes verdes) van acompañadas del incremento de perjuicios en otros (las calles adyacentes a los ejes)». «El programa Superilla Barcelona es un claro ejemplo de política equivocada, que tendría que ser rectificada. Es por eso que Foment pide la paralización del programa y abrir un diálogo constructivo con los agentes económicos», zanja, tras recordar el informe del RACC de diciembre, que alertaba de que la «supermanzana» del Eixample tendrá «un impacto negativo» sobre el tráfico del distrito ya que, en 2023, incrementará el tráfico en un 26%, mientras que en 2030 llegará al 55%.