Cataluña
El PP minimiza el «efecto Valents» ante las municipales de 2023
Barcelona, Lleida, Badalona o Castelldefels son algunos de los lugares que los populares tienen marcados en rojo
Tras una larga travesía por el desierto de más de siete años, el PP cree que 2023 puede ser el momento de levantar ya el vuelo de forma sólida en Cataluña. En juego están las elecciones municipales, una cita que en la sala de máquinas de los populares ya llevan tiempo preparando y que, a pesar de algunos momentos de alta complejidad en los últimos meses (como los cambios internos ordenados desde Madrid o la aventura de Eva Parera con Valents), ven con mucho optimismo. «Va de décimas: si las conseguimos, podemos doblar concejales en muchos sitios. Si hacemos las cosas bien, podemos salir bien», señala un dirigente popular.
Es decir, la suma de diferentes factores permite a los populares pensar en que 2023 puede ser un gran año electoral: por un lado, recuerdan que en 2019 se quedaron fuera de algunos municipios por escasas décimas y creen que, en esta ocasión, pueden aglutinar el voto útil del centroderecha constitucionalista ante el declive de Ciudadanos y la menor implantación de Vox a nivel local; y, por otro lado, reseñan que, poco a poco, se va detectando más empuje entre las bases con la llegada de nuevos afiliados, que se suman por centenares en los últimos meses en las cuatro provincias, lo que también permitirá construir más candidaturas y llegar a mayor número de votantes.
En concreto, en el partido que lidera Alejandro Fernández se marcan como objetivo presentar candidaturas en 280 municipios que albergan al 90% de la población de Cataluña. «Seguro que superamos las candidaturas del 2019, aunque tampoco es la referencia», afirman en la sala de máquinas de los populares, que se mantienen firmes también a la hora de rechazar cualquier tipo de coalición: concurrirán a las elecciones bajo las siglas del PP y rechazan la oferta de Valents de construir una UPN catalana.
De hecho, tampoco hay mucha inquietud en el PP por la irrupción de Valents: las encuestas señalan que están en un 0,1% de intención de voto y creen que al final acabarán optando por seguir como hasta ahora, integrándose como independientes en las listas del PP. No obstante, también habrá que ver cómo, porque el malestar con los movimientos de Valents y su líder Eva Parera es creciente.
Valents se ha lanzado y ha ido anunciando adhesiones (algunas destacables, como la de antiguos diputados de Ciudadanos en el Parlament), aunque en el PP lo circunscriben todo a gente de la órbita de Manuel Valls. «Están integrando a personas que estaban en el entorno de la candidatura de Valls. Hay muy pocas novedades», resumen en el PP, que descartan ahora entrar a formar parte de una coalición como propone el partido de Parera (que está secundado por personas afines al PP, como Joan López Alegre, Juan Arza o Paula Añó) porque consideran que Valents «tiene contradicciones» y ahora la política catalana está en un momento que el «procés» está muy en declive y mandan otras cuestiones donde las siglas del PP tiene más fuerza, como la seguridad o la recuperación económica.
«La unión del constitucionalismo tocaba en 2017», señala un dirigente consultado, que recuerda que, entonces, sí apostaba por ello el PP. «Ahora entran otros temas en juego y no podemos diluir nuestras siglas con partidos que no sabes si son derechas o izquierdas», afirma.
Los populares han señalado en rojo, por ahora, cuatro grandes ciudades: Barcelona, Badalona, Castelldefels y Lleida. Barcelona, por su importancia, es indiscutible que es una plaza indispensable para el partido: en 2019, consiguieron salvar la representación con dos concejales. De momento, tampoco han decidido todavía el candidato: será una decisión que tomen en consonancia Génova y Barcelona. Badalona y Castelldefels son las dos ciudades más grandes de Cataluña en las que los populares llevan venciendo desde 2011, aunque han podido gobernar una legislatura (en el caso de Badalona, algo más).
Xavier García Albiol y Manu Reyes aspiran a lograr la mayoría absoluta para poder gobernar en Badalona y Castelldefels, algo que, con el paso de los años, se antoja más posible porque las alianzas de la izquierda y el independentismo en ambas ciudades generan poco adeptos. En Badalona, las encuestas han dado ya la posibilidad de una mayoría absoluta para Albiol. El PP también gobierna en Pontons y Gimenells.
Y en Lleida hay grandes esperanzas depositadas. El partido liderado por Xavier Palau está al alza en una ciudad en que la victoria estará muy reñida: actualmente, los populares tienen dos concejales, pero el PSC, partido con más ediles, tiene siete. Y, según algunas encuestas, los populares podrían llegar a los cinco (atrayendo los votantes de Ciudadanos) y pelear por la victoria. Lleida es una ciudad en que se juntan dos factores: por un lado, el desgobierno de ERC y JxCat (amenazados por una moción de censura); y, por otro lado, la popularidad de Palau, que crece. Palau defiende su proyecto basado en tres ejes: seguridad, civismo y limpieza (tolerancia cero con los okupas y mas coordinación policial); favorecer la actividad económica, con una reducción impositiva y burocrática; y, sobre todo, dar la batalla cultural defendiendo las tradiciones lleidatanas, catalanes y españolas y huir del centralismo de Madrid y Barcelona.
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