Municipal

La Guardia Urbana denuncia el acoso laboral de Colau a un agente

El sindicato CSIF asegura que el gobierno municipal “persigue” a agentes en su “tiempo libre” y les prohíbe “ayudar” a ciudadanos cuando no estén de servicio

Un agente de la Guardia Urbana en las inmediaciones de la playa de la Barceloneta
Un agente de la Guardia Urbana en las inmediaciones de la playa de la BarcelonetaLorena SopênaEuropa Press

La relación de la Guardia Urbana con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, desde su llegada al cargo ha sido, cuanto menos, tensa. La desaparición de los antidisturbios o la inseguridad en la ciudad son alguno de los episodios que han distanciado al cuerpo del gobierno municipal. En este contexto el sindicato CSIF ha puesto el grito en el cielo tras el expediente disciplinario que ha abierto el Ayuntamiento contra un agente por, a su juicio, ayudar a personas vulnerables en riesgo de exclusión social.

El agente en cuestión pertenece a la Guardia Urbana de Proximidad, o Policía de Barrio, en Ciutat Vella, uno de los distritos más conflictivos de Barcelona. El sindicato asegura que “por su labor altruista y su dedicación, es un agente ejemplar y, por ello, ha sido felicitado en varias ocasiones por los mandos del cuerpo. Es una persona sensible en el tema asistencial y en la resolución de conflictos y ayuda a la gente más vulnerable dentro y fuera del servicio”. No obstante, ahora se le abre un expediente por desobediencia a un superior. La desobediencia: mediar en una embajada con un ciudadano extranjero que reclamaba ayuda para regresar a su país de origen fuera de su horario laboral.

CSIF recuerda que en 2016, el gobierno municipal impulsó un nuevo modelo de Guardia Urbana centrado en la proximidad y la adaptación al territorio. Por lo que estos agentes conviven con el vecindario para dar una respuesta rápida y priorizan la convivencia desde el ámbito de calle/barrio y ayudan a dimensionar mejor los fenómenos emergentes. De esta manera, las políticas de seguridad son más de prevención que de reacción y buscan soluciones a los problemas de seguridad y convivencia, favoreciendo y priorizando aquellos sectores de ciudadanía más débiles y vulnerables. Este cuerpo empezó en los barrios más conflictivos de la Ciudad Condal, como Ciutat Vella, como respuesta a la inseguridad y al incremento de la criminalidad y ha ido ampliándose. Según el propio Ayuntamiento, con esta unidad “también se refuerza el trabajo de coordinación con los distritos y los diferentes servicios municipales con el fin de encontrar soluciones transversales a estos problemas complejos”.

El agente de la Policía de Barrio es, por lo tanto, referente en el territorio, la persona con quien puedes contactar, cuando lo necesites, para plantearle cuestiones relativas a la convivencia y la seguridad. “El nuevo equipo presta especial atención a los conflictos de convivencia y dispone de un grupo de apoyo que, junto con el resto de servicios del Ayuntamiento, ayuda a resolver las necesidades vecinales y hace un seguimiento de ellas”. “La Guardia Urbana entiende la proximidad como una filosofía de trabajo que tiene que impregnar todas las capas de la organización. Lejos de la visión centralizada clásica de los cuerpos policiales, se apuesta por un modelo próximo y proactivo orientado a mejorar la calidad de vida y la satisfacción ciudadana (…) La Guardia Urbana tiene un papel asistencial fundamental”, explican desde el CSIF.

El agente en cuestión era, por lo tanto y según sus compañeros, el perfecto ejemplo del policía de barrio, o de proximidad, hasta que el intendente Ángel Sagués asumió la dirección de la Unidad Territorial de la Guardia Urbana en Ciutat Vella, y le proh ibió explícitamente cualquier tarea de ayuda social. CSIF ha puesto a disposición del agente a sus servicios jurídicos, que lo representarán, y muestra todo su apoyo a este compañero al que acompañará esta tarde a declarar en forma de protesta.