Primer revés del Parlamento Europeo contra el independentismo por su conexión con Rusia

Primer varapalo del Parlamento Europeo contra el independentismo catalán por su conexión con Rusia: la eurocámara ha tumbado este martes una enmienda impulsada por el grupo de La Izquierda -en el que están Bildu, Podemos, IU y Anticapitalistas entre otras formaciones- para eliminar de un documento la petición de investigación de los supuestos contactos del entorno de Carles Puigdemont con el Kremlin y así impedir que se acaben investigando. Es decir, mantiene la petición de investigar los vínculos del Kremlin con el independentismo.

Una argucia parlamentaria para tratar de frenar que Estrasburgo vote el informe de la Comisión Especial sobre Injerencias extranjeras con un punto específico sobre la “trama rusa” del “procés”. En concreto, para evitar que el Parlamento Europeo inste a la investigación de esta injerencia “que forma parte de la estrategia rusa de aprovechar todas las oportunidades para desestabilizar a la Unión Europea”, según consta en el documento de la Comisión Especial sobre Injerencias extranjeras, y específicamente acerca de la conexión entre el independentismo y Rusia.

Una gran mayoría del Parlamento Europeo, en concreto 470 eurodiputados, han votado a favor de mantener la petición de que se investiguen estos contactos. 97 han votado en contra y 123 que se han abstenido. De los partidos españoles, se han opuesto los eurodiputados de Junts per Catalunya -con el propio Carles Puigdemont a la cabeza, además de Toni Comín y Clara Ponsatí- Esquerra Republicana, PNV, Bildu e Izquierda Unida, mientras que Podemos finalmente se han abstenido.

“La izquierda radical de nuestro país está empeñada en blanquear al secesionismo en Cataluña que una gran mayoría del Parlamento Europeo considera un elemento desestabilizador para la Unión Europea”, ha denunciado el eurodiputado popular Javier Zarzalejos tras presentar la propuesta del PP estudiar los vínculos entre autoridades del gobierno ruso y los independentistas pese al intento de la izquierda y el independentismo de evitarlo.

El informe definitivo aún tiene que votarse en su conjunto este miércoles pero se da por segura su aprobación en pleno, pues cuenta con el apoyo de los grupos mayoritarios y ya salió adelante con esta redacción cuando se votó en la comisión sobre injerencias con 25 votos a favor, 8 en contra y una abstención.

La “trama rusa” del “procés” parte de la operación Voloh y del reportaje de “The New York Times” en el que relacionaba el entorno del expresident con el Kremlin en busca de apoyos políticos y económicos para la independencia –según un informe de los servicios de inteligencia europeos– además de desvelar supuestos contactos con oficiales rusos y la plataforma Tsunami Democràtic.

Un extremo, este último, desmentido tajantemente por el jefe de la oficina del expresident, Josep Lluís Alay, quien sí ha reconocido haber viajado a Moscú en 2020 y haber mantenido varias reuniones con empresarios y periodistas rusos, que ha enmarcado en la promoción del “procés” y de la figura de Puigdemont.

Y es que la sombra rusa, ahora demasiado alargada para el independentismo, ha estado presente durante los momentos más convulsos de la política catalana en los últimos años: de 2017 a 2021 –es decir, del referéndum ilegal del 1-O a la sentencia del Supremo– todos los indicios recogidos hasta ahora apuntan a que el entorno de Carles Puigdemont ha tratado en varias ocasiones de ponerse en contacto con el Kremlin, como recoge el sumario de la “operación Voloh”, la macrocausa en fase de instrucción del Juzgado número 1 de Barcelona que investiga, entre otras cuestiones, la supuesta “trama rusa” del “procés”.

Uno de los enlaces que aparecen es el del exresponsable de Relaciones Internacionales de Convergència, Víctor Terradellas, quien mantuvo un encuentro con Serguéi Markov, exdirigente del partido oficialista Rusia Unida y politólogo, para pedirle ayuda para la declaración unilateral de independencia de Cataluña. A cambio, Terradellas ofreció que Cataluña reconociera la anexión de Crimea. Así lo reconoció el propio exdiputado ruso, que reveló que se había reunido con un emisario de Puigdemont en la antesala del referéndum ilegal del 1-O.