Aragonès rectifica y prevé acudir a la Conferencia de Presidentes

Viraje en la Generalitat. El president Pere Aragonès rectifica y prevé asistir a la Conferencia de Presidentes de La Palma de este fin de semana. El objetivo es abordar el conflicto en Ucrania tras la invasión rusa, una circunstancia que esgrime la Generalitat para justificar su presencia y no dejar la silla vacía ante Pedro Sánchez ni el resto de líderes autonómicos. En la anterior presencial tras la pandemia –en Salamanca, en verano del año pasado– el republicano no estuvo por lo que su presencia es inédita.

Hasta el momento y pese a la mano tendida y a la estrategia pactista de Esquerra con el Gobierno de Pedro Sánchez, Aragonès había mantenido el plantón y había rechazado acudir también al cónclave previsto en la isla canaria pese a haber participado en todas las reuniones previas de trabajo. Desde el Ejecutivo catalán se aseguraba en un inicio que se trataba de un encuentro de «postureo» y solo servía para «hacerse una fotografía», con intervenciones fijas de unos minutos para cada líder autonómico y sin turno de réplicas.

Sin embargo, la guerra en Ucrania por la invasión Rusa y el convulso escenario internacional han llevado a la Generalitat ha replantearse el veto y prever su asistencia en la cita canaria. Un gesto importante al tratarse de la primera a la que planea asistir Aragonès.

Un viraje que dejó entrever ayer tras la reunión semanal del gabinete. «Si hay conocimiento de que la reunión será útil y práctica, que se abordará con profundidad el conflicto en Ucrania, si se tiene conocimiento de que debe abordarse el tema de los refugiados y de las consecuencias, será el momento de valorar si es conveniente asistir», aseguró la portavoz del Ejecutivo, Patrícia Plaja, en rueda de prensa. Y en la Moncloa confirmaron que se tratará, entre otros temas, la acogida de refugiados ucranianos.

Desde el Govern recuerdan que el propio president acudió a las conferencias telemáticas del Gobierno junto al resto de homólogos autonómicos en los peores momentos de la pandemia y cuando en el orden del día se debatían las medidas antiCovid, una circunstancia que esgrimen para el caso de Ucrania.

En la Generalitat, además, reclaman que se hable «con profundidad» de las diversas consecuencias de la guerra de Ucrania, como la mencionada llegada de refugiados y la escalada del precio de la energía. De hecho, el Ejecutivo de Pere Aragonès ha tomado una posición muy proactiva ante el conflicto y enseguida ha puesto en marcha varios comités de seguimiento e iniciativas sociales para la acogida de refugiados, por lo que resultaría difícil explicar y justificar su ausencia en la Conferencia de Presidentes en pleno conflicto bélico. También los partidos, y en el especial el PSC, han presionado a Aragonès para que asista a la cita canaria para abordar el conflicto.

Ayer mismo, la Generalitat explicó que en el centro que prevé instalar el Gobierno en Barcelona –junto a Pozuelo de Alarcón (Madrid) y Alicante– habrá unas 400 plazas de acogida pero achacó al Ejecutivo de Pedro Sánchez de haberlo anunciado antes a los medios de comunicación que a los ayuntamientos y a los gobiernos autonómicos afectados. «El Estado todavía nos tiene que dar los detalles», esgrimió la consejera de Igualdad y Feminismos de la Generalitat.

El gesto de Pere Aragonès en su segunda cita presencial como president de la Generalitat –en la de La Rioja en 2020 fue Quim Torra, mucho más beligerante, quien plantó a Pedro Sánchez– llega en un momento de enfriamiento entre el Govern y la Moncloa por la incógnita de la mesa de diálogo, que ERC quiere celebrar ya ante las evasivas de Pedro Sánchez. También tras la tensión por la votación de la reforma laboral en el Congreso que terminó con la oposición de los republicanos, y con las quejas del Govern por los pobres resultados obtenidos en la Comisión Bilateral celebrada en Barcelona.