Gastronomía
¿Dónde comer el mejor salchichón de España?
Elaborado de la misma manera desde hace 170 años, ha recibido múltiples reconocimientos internacionales
Qué duda cabe que España es un paraíso gastronómico. Nuestro país cuenta con 229 restaurantes con estrella Michelín: por ponerlo en perspectiva, está por encima de Estados Unidos, y tan solo por debajo de países de referencia, como Francia (628), Japón (577) o Italia (374). Además de muy buenos restaurantes (como el Celler de Can Roca, escogido durante años como el mejor del mundo), también hay muy buen producto y una de las referencias mundiales en el embutido es el salchichón que fabrica la empresa catalana Riera Ordeix, ubicada en Vic (Barcelona).
Este salchichón ha recibido múltiples reconocimientos, pero ninguno como la icónica y prestigiosa Coque d’Or, premio que ha recibido como mejor producto de gourmet europeo. De hecho, es probablemente el único salchichón del mundo que ha recibido este reconocimiento. El presidente de Riera Ordeix, Joaquim Comella, destaca este galardón y asegura que es el que más “ilusión” le hace ya que le hace ser valorado, según los entendidos, como el mejor salchichón de España.
No obstante, a su juicio, el “mejor reconocimiento” al producto es dónde se puede comprar. Y, de momento, solo se puede adquirir en tiendas de lujo: desde Harrods en Londres a la Grande Epicerie de París pasando por los almacenes Globus de Suiza o el Club del Gourmet de El Corte Inglés en España. La empresa tiene previsto abrir una tienda en Vic en mayo, aunque también vende ya a través de su página web y exporta a muchos países (desde Japón a Sudamérica, pasando por toda Europa).
Riera Ordeix ha conseguido este éxito gracias al tesón: nunca ha perdido sus orígenes, siempre ha buscado mantener su autenticidad. Tanto es así que cumple 170 años este 2022 y continúa elaborando su producto de la misma manera que en 1852. A ello también ha contribuido que la compañía siga controlada por la familia que lo fundó: ya está en manos de la sexta generación.
En este sentido, la empresa familiar domina todo el proceso de producción: controla las granjas de las que se proveen para la carne, aunque Comella puntualiza que también es cierto que cuando hay picos de demanda sí acuden a otros granjeros (eso sí, todos de confianza porque hace especial énfasis en vigilar la comida y toda la cuestión de los antibióticos); sí tienen externalizado el despiece a un centro de Vic; y, finalmente, el salchichón se elabora y se cura en el mismo secadero que cuando la compañía echó a andar hace 170 años. Un secadero de madera, situado en el centro de Vic, un municipio del interior de Cataluña lleno de patrimonio histórico y un icono en la elaboración de embutidos.
Este método tradicional también entraña cierto riesgo: y es que se depende excesivamente de la meteorología. “Hay veces que los veranos son muy calorosos y largos y nos condiciona mucho porque podemos curar menos. Pero estamos hablando de una producción anual que se mueve entre las 25.000 y 35.000 longanizas”, explica Comella a este diario. La compañía factura en torno a los tres millones de euros.
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