“Con la donación te das cuenta de que la muerte no es tan inútil”

En 2019, se batió por sexto año consecutivo el récord de trasplantes y donaciones en Cataluña, sin embargo, la pandemia frenó esa tendencia, que ahora, en los primeros meses del 2022, parece estar recuperándose.

Y es que entre enero y abril de este año los hospitales catalanes han gestionado 111 donantes cadáver, lo que supone un incremento del 8,8% respecto al mismo periodo del año anterior, cuando la cifra fue de 102, mientras que durante todo el 2019 ésta alcanzó los 376. Del total de donantes cadáver gestionados, 49 fueron por muerte encefálica, quince menos que en 2021, un decrecimiento del 23,4% que se explicaría por las restricciones hospitalarias debido a la COVID-19, que hasta ahora no han facilitado los espacios de confianza necesarios para plantear a las familias de las personas fallecidas la donación. Sin embargo, se espera que, con la normalización de la situación hospitalaria, se recupere la actividad en este ámbito. El resto de donantes cadáver, es decir 62, fueron por muerte en asistolia y ello se traduce en un incremento del 63,2% respecto a los 38 de los primeros cuatro meses de 2021.

En este sentido, es importante destacar que, durante el primer cuatrimestre del año, el 87% de las familias han dado el consentimiento a la donación de órganos y tejidos de un familiar difunto durante la entrevista familiar, porcentaje que en 2019 fue del 83%.

Asimismo, en este periodo de tiempo también se ha evidenciado un aumento de las donaciones de vivo. Así, entre enero y abril de 2022 se registraron 52 donaciones de riñón, por las 39 del mismo periodo de 2021, produciéndose así un incremento del 33,3%, mientras que durante todo el 2019 la cifra alcanzó las 134. En cuanto a tejidos, los datos también nos hablan de una aumento de la actividad. En los cuatro meses señalados, se gestionaron 596 donantes cadáver y se obtuvieron 915 tejidos, cifras que en comparación con las de los mismos meses del año anterior -511 y 803, respectivamente- reflejan un crecimiento del 16,6% y del 14%. Estos resultados son, por ahora, muy buenos si tenemos en cuenta que, durante todo el 2019, año récord, se gestionaron 1685 donantes cadáver y se obtuvieron 2668 tejidos.

Los trasplantes, también en ascenso

Ese incremento de las donaciones y número de donantes se traduce en un aumento también de los trasplantes durante el primer cuatrimestre de este año, cuando se realizaron 413, mientras que en el mismo período de 2021 la cifra fue de 374, lo que supone un aumento del 10,4%. De mantener este ritmo de trasplantes, se podría cerrar el año con números muy similares a los acumulados en 2019, cuando se logró batir el récord de trasplantes con un total de 1296.

Por órganos, cabe señalar que desde enero hasta abril se ha producido un incremento del 13,1% trasplantes renales (285), del 34,5% de los pulmonares (39) y del 50% de los pancreáticos (12), mientras que han decrecido un 5% los trasplantes cardíacos (19) y un 7,7% los hepáticos (60).

Sin embargo, pese a que los primeros meses de este 2022 sugieren una recuperación de la actividad tras la pandemia, aún se mantiene la lista de espera de personas que aguardan un órgano, que a día 30 de abril eran 1215. En este contexto, cabe tener en cuenta que en 2019 se cerró el año con 1217 personas en dicha lista y al respecto es importante concienciar acerca de la trascendencia de las donaciones, puesto que un donante de órganos puede salvar hasta 8 vidas y uno de tejidos puede beneficiar hasta a un centenar de individuos.

Una segunda oportunidad

En este sentido, Contxi Caballé, quien en su día tuvo que hacer frente a la difícil decisión de donar los órganos de su hija de 22 años fallecida en un accidente de tráfico, señaló durante la jornada organizada por la Organización Catalana de Trasplantes con motivo del Día Nacional del Donante, que cuando optas por la opción totalmente altruista y generosa de donar te das cuenta que “la muerte no es tan inútil”. “Con la donación das una segunda oportunidad a una persona y a sus seres queridos, que podrán disfrutar de ella más tiempo”, recuerda Contxi, quien sin embargo admite que, aunque ella tenía muy claro lo que debía hacer tras el fallecimiento de su hija, el proceso es duro y complicado.

Más fácil fue para Elena Rosales donar uno de sus riñones a su marido, quien por entonces sufría una insuficiencia renal. “Te compensa muchísmo”, aseguró Rosales para a continuación recordar que “la vida no cambia nada con uno o dos riñones”. “De hecho, yo siempre digo que nacemos con dos riñones para poder donar uno”, bromea y pone de relieve la importancia de “hacer difusión e informar acerca de la donación”, porque ésta es muy necesaria y hay mucha gente que no lo hace por miedo o desconocimiento,