Cisma

El cuarto cinturón de Barcelona: la nueva bomba de relojería entre ERC y Junts

Los posconvergentes apoyan el proyecto pese a las algaradas contra el Gobierno, mientras los republicanos lo tildan de “caduco” y preparan su propia propuesta

La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès , y la directora general de Google en España y Portugal, Fuencisla Clemares durante la inauguración de las nuevas oficinas en Barcelona de la multinacional tecnológica
La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès , y la directora general de Google en España y Portugal, Fuencisla Clemares durante la inauguración de las nuevas oficinas en Barcelona de la multinacional tecnológicaMarta PerezAgencia EFE

El cuarto cinturón barcelonés, un proyecto de autovía en el área metropolitana, en las zonas del Vallès Occidental (Sabadell-Terrassa) y el Oriental (Granollers) que arrastra décadas de retrasos y polémicas en el territorio, va camino de convertirse en una nueva bomba de relojería entre Esquerra y Junts, los partidos que conforman el Govern. Los posconvergentes ven con buenos ojos el proyecto y buscan liderarlo desde la consejería de Territorio, mientras que los republicanos lo tildan de “obsoleto y caduco” y preparan ya una nueva propuesta que esta misma semana llevarán al Parlament.

Todo después de que el Gobierno anunciara que traspasa y financiará la obra en un acto el pasado viernes protagonizado por la ministra Raquel Sánchez y al que no asistió ningún miembro de la Generalitat en señal de boicot.

Eso sí, pese a las algaradas en público de Junts, el partido de Laura Borràs y Jordi Turull está a favor de la obra y quiere que el vicepresidente Jordi Puigneró lo lidere a través de su cartera en el Ejecutivo. Así lo han expresado desde la nueva dirección posconvergente pese a las sucesivas críticas dirigidas a la Moncloa y a la ministra Raquel Sánchez, a quien acusan de querer “provocar” presentando una infraestructura histórica en pleno debate sobre las inversiones y la ejecución presupuestaria por parte del Gobierno en Cataluña.

De hecho, la Moncloa anunció que traspasará el dinero necesario para esta infraestructura que será ejecutada, trazada y tendrá la titularidad por parte de la Generaliat. Por tanto, los posconvergentes buscan apuntarse un tanto en materia de gestión con la vista puesta en las municipales de 2023 y encabezar una obra faraónica, que acumula años y años de retrasos pendientes.

En cambio, desde ERC rechazan de plano el proyecto, sin apenas titubeos. “La B-40 està obsoleta y caduca, ya no és util”. Y abundan, en un dardo directo a la línea de flotación posconvergente: “No queremos que la propuesta venga de Madrid y sea comprada acríticamente por los de siempre”. De hecho, los republicanos consideran que esta autovía, una especie de ronda por la segunda y tercera corona metropolitana, es un ejemplo claro de la llamada “sociovergencia”, los acuerdos entre PSC y Junts en el territorio.

Por ello, ultiman una propuesta de resolución que esta semana podrían presentar en el Parlament sobre una alternativa que entierre el cuarto cinturón tal como está proyectado ahora. “Debe ser el embrión del proyecto de la Generalitat”, aseguran en ERC para presionar a Junts.

Por su parte, las cámaras de Sabadell y Terrassa valoran positivamente el acuerdo presentado el viernes por la ministra de Transporte, Raquel Sánchez, desencallando el estado de la autovía B-40, una infraestructura capital para el territorio.

En el comunicado enviado este lunes señalan que “el compromiso de la finalización del tramo Abrera-Terrassa para finales del año 2023 y el diseño y ejecución del tramo Terrassa-Sabadell-Castellar del Vallès son una buena noticia para el tejido socioeconómico de las demarcaciones de las dos cámaras del Vallès Occidental.

En concreto, el proyecto afecta a un área donde viven medio millón de personas. También permitirá descongestionar la Gran Via de Sabadell, facilitará la movilidad de los vecinos de Castellar del Vallès y mejorará las opciones de conexión entre Terrassa y Sabadell. De hecho, la nueva ronda debería conectar las dos capitales vallesanas - Terrassa y Sabadell- por los barrios del norte con una prolongación de cuatro kilómetros. Los alcaldes de la zona apoyaron al unísono la obra el pasado viernes y criticaron el platón de la Generalitat, especialmente tras el apoyo de Junts al proyecto.

El Gobierno de Pedro Sánchez anunció además una serie de actuaciones de mejora de la eficiencia de las conexiones de la AP7 con la red viaria comarcal, con una inversión de 78 millones de euros.

El Gobierno también anunció una serie de actuaciones de mejora de la eficiencia de las conexiones de la AP7 con la red viaria comarcal, con una inversión de 78 millones de euros.