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Colau declara la guerra a los grafiteros en Barcelona

El Ayuntamiento quiere denunciar a los autores de las pintadas por la vía penal

Un vagón del Metro de Barcelona con pintadas obra de los grafiteros
Un vagón del Metro de Barcelona con pintadas obra de los grafiterosMossos d'Esquadra

El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido declarar la guerra a los grafitis y las pintadas en la calle. Por un lado, incrementando la limpieza, pero, por otro, persiguiendo a los autores, con más denuncias por infringir la ordenanza de civismo y, por tanto, más multas. En algunos casos, incluso se plantea la vía penal, que podría resultar en penas de prisión. En este sentido, el teniente de alcalde de Prevención y Seguridad, Albert Batlle, ha remarcado hoy que “es un tema de limpieza pero también de civismo”. “No queremos que la imagen de la ciudad se vea dañada con paredes, persianas o elementos del patrimonio vandalizados”, ha señalado.

Así las cosas, el Ayuntamiento de Barcelona activa un nuevo plan de corresponsabilidad con la ciudadanía con el objetivo de reducir las actitudes incívicas en las calles y plazas de la ciudad y mejorar la convivencia y el civismo. Se controlará el mantenimiento de los espacios públicos y se intervendrá en el control de aquellas conductas que comporten su degradación, mediante la corrección y denuncia de las infracciones. Este dispositivo supondrá una intensificación de los controles y una campaña informativa para concienciar sobre la necesidad de corregir estas actitudes. En este sentido, según muestra la encuesta realizada en el marco del plan Cuidem, un 85% de los encuestados asocia el mal estado de algunos puntos de la ciudad a actitudes incívicas en el espacio público. Desde el Ayuntamiento se han detectado que las principales acciones a corregir son las relacionadas con las pintadas, la recogida comercial y el abandono en la calle de trastos voluminosos.

Las que más preocupan son las pintadas en edificios patrimoniales protegidos o las que supongan un grave desperfecto, que vaya más allá del “mero deslucimiento”. También las acciones en puntos como, por ejemplo, el metro, donde las pintadas suponen un peligro e impiden la circulación de los convoyes afectados. Es precisamente en casos como éstos cuando la denuncia podrá tramitarse por la vía penal.

Sin embargo, desde el Ayuntamiento no han concretado cuáles podrían ser las penas de prisión, como tampoco las multas que se tramiten penalmente, porque en estos casos dependerían del juez. Por el contrario, las que se impongan por vía administrativa son de entre 300 y 500 euros. Para reforzar su control, se intensificarán los controles de la Guardia Urbana. Batlle ha reconocido que hasta ahora “no ha habido una acción sancionadora que tuviera carácter disuasivo”.

Para desaparecer las pintadas, el Ayuntamiento ha aumentado en 1,8 millones el presupuesto de limpieza de grafitos, tanto en edificios patrimoniales como en el resto. En el primer caso, se destinarán 1 millón de euros, mientras que el resto se destinarán a incrementar el presupuesto de la contrata de limpieza de pintadas. El objetivo es que el servicio funcione de forma más flexible y con mayor rapidez.

De forma paralela y para proteger el arte urbano, el concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia, ha explicado que se habilitarán más espacios para hacer “propuestas artísticas”, unos murales que ha diferenciado de las pintadas vandálicas. Según Badia, se pasará de los 30 espacios de este tipo disponibles en la actualidad, a 50.

En paralelo a las sanciones a grafiteros, el gobierno municipal también ha anunciado una campaña específica para que los comercios tiren bien los desechos. Según ha explicado el concejal de Transición Ecológica, Eloi Badia, se estará en contacto con los tenderos para evitar desbordamientos por las noches, cuando los comercios cierran y quitan la basura. Además, Badia ha avisado de que el Ayuntamiento multará a los comercios reincidentes con sanciones entre los 300 y los 3.000 euros.