Cine

Memoria del primer cineasta que llevó a Franco a la gran pantalla

La Filmoteca de Catalunya dedica una exposición a la obra del realizador Jaime Camino

Una secuencia de "Dragon Rapide" protagonizada por Juan Diego en el papel de Franco
Una secuencia de "Dragon Rapide" protagonizada por Juan Diego en el papel de FrancoFilmoteca de Catalunya

En 1986 Franco llevaba once años muerto y enterrado, pero el cine español no se había atrevido todavía a convertirlo en un personaje. Parecía como si fuera un tabú, como si fuera mejor olvidarse de él. Sin embargo, en ese año, coincidiendo con la conmemoración del medio siglo del estallido de la Guerra Civil, el realizador Jaime Camino tuvo la buena idea de acabar con eso rodando un título hoy mítico: «Dragon Rapide». En él, con el recientemente desaparecido Juan Diego en el papel de Franco, el cineasta contaba cómo fue la conspiración de los militares contra la República, incorporando también como personajes a algunos de los principales nombres de esos días como Emilio Mola, Juan March o José Calvo Sotelo. Camino contaba con la participación en el guion de Román Gubern y el asesoramiento histórico de Ian Gibson. Hoy «Dragon Rapide» sigue siendo uno de los títulos fundamentales del cine español sobre la Guerra Civil.

La película es un buen ejemplo de la preocupación que tuvo a lo largo de su carrera Camino por el rescate de la memoria, por rescatar un tiempo pasado que muchos habían querido silenciar por incomodidad o, simplemente, mala fe. Desde hace un tiempo, la Filmoteca de Catalunya guarda el archivo personal del cineasta. Esa es la base de una exposición que puede verse en estos días en este centro en el corazón del Raval, un repaso a la filmografía del director a partir de sus papeles personales, pero también con la posibilidad de ver sus títulos más significativos. Todo ello se presenta bajo el comisariado de Esteve Riambau.

«Jaime Camino. ¡No tan deprisa!», como explicó Riambau en declaraciones a este diario, toma su título de un proyecto que no pudo ser, con un guion escrito entre Camino y el comisario de la muestra que intentaba «adentrarse en los aspectos autobiográficos de su obra». Sin embargo, la ya delicada salud del cineasta hizo imposible el rodaje.

Para entrar en el particular universo de Jaime Camino tenemos que ser como aquellos espectadores atentos de «Las Meninas» de Velázquez que, de alguna manera, están completando el cuadro y se sienten observados por los personajes de esa gran tela. Eso es algo que Camino exploró en una estupenda película llamada «Luces y sombras» y en la que entramos, como una Alicia a través del espejo, en «Las Meninas».

A partir de ahí se nos propone un recorrido por una serie de ámbitos y materiales que nos permiten conocer la planificación de los rodajes, así como los guiones de Jaime Camino de algunas de sus películas más significativas.

Probablemente la que mejor defina esa búsqueda por conocer el pasado y darnos la llave de dónde estamos es «Las largas vacaciones del 36», estrenada con gran éxito en 1976 y que obtuvo el Premio de la Crítica del Festival de Berlín. Con un reparto espectacular para la época formado por Concha Velasco, José Sacristán, Francisco Rabal, Ángela Molina o Ismael Merlo, la cinta tenía como particularidad narrar lo que fue el golpe de Estado de 1936, pero alejándose de la propaganda. Las dificultades que tuvo Camino para materializar ese proyecto se constatan en la exposición con algunos documentos de la censura de la época.

La Guerra Civil también está presente en «Dragon Rapide» y «El largo invierno», de 1991, con un reparto internacional encabezado por Vittorio Gassman, además de contar con Jacques Penot, Elizabeth Hurley, Teresa Gimpera y Jean Rochefort, película que nos lleva a la Barcelona de 1939, cuando la contienda ya ha acabado, pero no han cicatrizado sus heridas. Desde otra perspectiva, la de la no ficción, Camino rescató los testimonios de los protagonistas de la guerra en una serie de documentales fundamentales, como «La vieja memoria» o «Los niños de Rusia».

Otro de los grandes temas en el universo de Jaime Camino fue la música, de la que se analiza su huella en su cinematografía de la mano de dos títulos. Por un lado tenemos «Mi profesora particular», que cuenta con Joan Manuel Serrat como protagonista de una producción con guion de Juan Marsé y Jaime Gil de Biedma. Por el otro está «Un invierno en Mallorca», sobre los amores de Chopin y George Sand.