Gastronomía
Dónde comer las mejores paellas en Barcelona y las dos zonas a evitar
Marisquerías, terrazas en primera línea de playa o locales tradicionales en el centro: la oferta es extensa y para todos los bolsillos
Una buena paella y una siesta playa, una combinación infalible en parte del litoral puede ser la fórmula ganadora también en Barcelona, la ciudad con más estrellas Michelin entre sus restaurantes. Cuna gastronómicas por excelencia -con permiso del País Vasco y de Madrid- la capital catalana esconde ofertas y propuestas para todos los gustos y bolsillos. Encontrar un buen arroz puede ser más sencillo que lograr un rincón de paz en la arena este 24 de junio, festivo en Cataluña e inicio de uno de los puentes más largos del verano.
La selección no es fácil dada la extensa y variopinta oferta culinaria de la ciudad: entre las propuestas hay varios clásicos y alguna que otra sorpresa casi siempre cerca del mar.
De hecho, el barrio por excelencia en el que probar un buen arroz es la Barceloneta, uno de los más pintorescos si se esquivan los circuitos turísticos y las colas de extranjeros que suben y bajan por el paseo Joan de Borbó o el Marítimo. Es decir, a la Barceloneta hay que ir conociendo sus calles, entre las que se esconde Can Solé (Sant Carles, 4), uno de los restaurantes más antiguos del barrio (1903) aún abierto y en plena forma.
En sus mesas han comido escritores como Manuel Vázquez Montalbán, cantantes como Joan Manuel Serrat y actrices como Sara Montiel o Concha Velasco. Empezó siendo un local en el que se servían comidas para los pescadores y marineros y se ha acabado convirtiendo en una referencia con 18 propuestas de arroces y paellas en su carta. A escasos metros y tocando a la plaza del mercado está Can Ramonet, mientras que el Cheriff, una renovada marisquería de 1959 en la calle Ginebra, es otra de las opciones.
Saliendo del epicentro del barrio destacan sus dos extremos: en pleno paseo marítimo y con vistas directas al mar está la Barraca -producto local y de proximidad- y su privilegiada terraza; y en lado opuesto, en la frontera entre el Born y la Barceloneta aparece el 7 Portes, otro de los locales de referencia de la gastronomía barcelonesa.
Abandonando el litoral, en el resto de la ciudad destacan tres opciones por las alternativas que ofrecen al comensal: el restaurante especializado en arroces en la Diagonal de Barcelona -la paella de Su-, la terraza de los Martínez en Montjuïc con unas vistas panorámicas de prácticamente todo el litoral barcelonés, y una opción en pleno centro, Envalira, un local en el barrio de Gràcia (en la misma plaza del Sol) que ofrece una de las mejores paellas de la ciudad.
A evitar: la Sagrada Família y Las Ramblas, las zonas más turísticas de Barcelona, cuya oferta gastronómica se caracteriza en muchos casos por los elevados precios para extranjeros y los platos precocinados que poco -o nada- tienen que ver con una paella tradicional mediterránea.
Las sangrías de litro o las cartas donde las pizzas comparten espacio con el arroz tampoco ayudan. En definitiva, dos puntos que acostumbran a aparecer en lo alto de los rankings de los peores valorados en portales como TripAdvisor o El Tenedor, a sortear.
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