Prevención

El autocontrol de la compresión mamaria por parte de la paciente durante la mamografía mejoraría la tasa de participación en este programada de cribado

El 68% de las mujeres que se sometieron a esta prueba en el Hospital del Mar con el sistema que les permite regular la fuerza de compresión de la mama, el cual ofrece una óptima calidad de imagen y requiere menos radiación que el estándar, asegura que lo recomendarían

La compresión mamaria es uno de los factores que más ansiedad genera a las mujeres que participan en el programa de cribaje de cáncer de mama
La compresión mamaria es uno de los factores que más ansiedad genera a las mujeres que participan en el programa de cribaje de cáncer de mamaEduardo BrionesEuropa Press

El cáncer de mama es el más prevalente en las mujeres y sigue siendo la principal causa de muerte por cáncer, de manera que es un problema sanitario de gran relevancia. A raíz del impacto que tiene esta enfermedad, se establecieron los programas de cribado para detectar el cáncer de mama en estadios muy precoces, ya que un diagnóstico temprano favorece el que pueda ser potencialmente curable.

En este sentido, la mamografía se ha convertido en la técnica de elección para el cribado porque es muy accesible y costo-efectiva, sin embargo presenta el inconveniente de que, para obtener una buena calidad de imagen, se requiere hacer una buena compresión mamaria, por la que las pacientes experimentan diferentes grados de disconfort durante su realización, que varía en función de diversos factores como el tamaño de la mama, el estado hormonal de la paciente...

Así pues, pese a que la evidencia demuestra que la mamografía es una técnica muy útil para detectar cáncer y mejorar la supervivencia, muchas pacientes, a las que se les convoca bianualmente desde los 50 a los 69 años para someterse a esta prueba de cribado, no se presentan a la cita, ya sea porque han tenido una experiencia previa dolorosa o bien porque alguien les ha comentado que lo ha pasado mal durante el proceso. El caso es que para que un programa de cribado tenga un impacto sanitario, se requiere que haya una gran participación de la población, por lo cual se han buscado métodos para mejorar esa tasa de participación, como por ejemplo, que las paletas de compresión sean más blandas.

En este contexto, en 2017, el Hospital del Mar incorporó un equipo de mamografía dotado de un método de autocomprensión mamaria, algo en lo que en su día fue pionero. “Cuando una mujer se somete a una mamografía, la técnico posiciona la mama y comprime hasta una presión que está más o menos estandarizada. Con este dispositivo de control remoto, la técnico posiciona la mama con una compresión mínima para que no se suelte la mama y esté incluido todo el tejido y es la paciente quien aumenta la comprensión mamaria a partir de dos botoncitos de + y - hasta que llega a su tope de tolerancia y es entonces cuando la técnico dispara la mamografía”, explica Natalia Arenas, médico adjunto del Servicio de Radiología del Hospital del Mar.

Para poder valorar y comprobar la efectividad y utilidad de este nuevo método de realización de las mamografías por autocompresión, los profesionales del hospital pusieron en marcha dos estudios dirigidos a comparar la técnica de la compresión estándar realizada por la técnico y la autocompresión de la paciente tanto en lo que se refiere a la experiencia, como en lo relativo a los parámetros técnicos de la mamografía y la calidad de la imagen.

“Con respecto a la calidad de la imagen, los resultados de estos trabajos indican que ésta no se deteriora con la autocompresión, no hay inferioridad. Respecto a los parámetros técnicos, vemos que, por un lado, en cuanto a la fuerza de compresión, cuando las pacientes tenían el control, toleraban mayores niveles, ya que ellas mismas se comprimían la mama con mayor fuerza que cuando lo hacía la técnico; por otro lado, sobre las dosis de radiación, se ha observado que éstas se reducían y el espesor mamario también. Son variables que van en directa proporción porque si la mama está más comprimida, el equipo mandará menos fuerza de rayos X para atravesar ese tejido y, además, se reducirá el solapamiento del tejido mamario y, por lo tanto, habrá menos posibilidades de que se puedan esconder lesiones muy pequeñas, disminuyendo así la tasa de falsos negativos”, comenta la doctora.

Sobre la experiencia, se valoró el grado de satisfacción de las 450 pacientes que participaron en los estudios a través de una encuesta de satisfacción y una escala del dolor y se vio que “dos de cada tres pacientes preferían la autocompresión mamaria versus la estándar y hasta el 67,6% decía que recomendarían el sistema de control de compresión a otras mujeres, lo que contrarresta el efecto negativo que se divulga acerca de que la mamografía puede ser dolorosa”, explica Arenas, quien además señala que “en cuanto al disconfort o escala del dolor no hubo diferencias significativas entre una y otra técnica, aunque es cierto que más de la mitad de las pacientes decían que su sensación era que la autocompresión era menos dolorosa”.

Ante estos datos, todo apunta a que este sistema de realizar las mamografías podría tener un impacto positivo en la tasa de participación en el programa de cribado de cáncer de mama.