Cataluña

ERC sentencia a Borràs y señala a Junts: “Es el factor desestabilizador”

Los republicanos rechazan reconsiderar su suspensión en el Parlament y culpan a los posconvergentes de torpedear el Govern

La presidenta del Parlament, Laura Borràs, durante el homenaje a las víctimas del atentado del 17 de agosto
La presidenta del Parlament, Laura Borràs, durante el homenaje a las víctimas del atentado del 17 de agostoKike RincónEuropa Press

La imagen de Laura Borràs saludando a los manifestantes que boicotearon el quinto aniversario de los atentados yihadistas del 17-A ha abierto un nuevo cisma en la política catalana. Todos los partidos sin excepción han censurado la actitud de la ex presidenta del Parlament, que ha levantado ampollas incluso en sus propias filas. Los principales cuadros posconvergentes no apoyan la maniobra de la dirigente y la han dejado sola en público a la espera de que amaine la tormenta.

En Esquerra se han mostrado especialmente críticos con el gestos de Borràs al considerar que va a la contra y daña al conjunto del independentismo. La relación entre la ex presidenta y el grueso de los diputados republicanos es difícil desde hace meses –apenas ni cruzan palabra–, una situación que ha empeorado en las últimas semanas a raíz de la suspensión en el Parlament y de las críticas de Junts contra ERC por la mesa de diálogo.

Ahora, con el boicot del 17-A como imagen del verano, las costuran se han tensado aún más en el independentismo: ERC condena con rotundidad la actitud de la posconvergente e incluso señala como responsable al partido de las últimas trifulcas en la política catalana. «No era el momento para ser coreada ni para querer tener protagonismo», señalan los republicanos sobre lo sucedido en el quinto aniversario de los atentados de Barcelona y Cambrils.

En declaraciones a RAC1, la portavoz del partido, Marta Vilalta, tildó de «falta de respeto» y de «falta de empatía» hacia las víctimas la interrupción del minuto de silencio en el acto en recuerdo a las víctimas por parte de un grupo de independentistas que exigían la «verdad». Cabe recordar que el mismo miércoles, el diputado en el Congreso Gabriel Rufián fue el más contundente al calificar de «miserable» la actitud de la expresidenta del Parlament.

Más allá del episodio de la Rambla, ERC mandó ayer dos avisos a Junts: aún sobre la dirigente, los republicanos avisaron de que no aceptarán la petición de reconsideración registrada por Junts para levantar su suspensión en la cámara; y segundo, culpan directamente posconvergentes de las sucesivas crisis que encadena el Govern de Pere Aragonès.

Sobre la situación concreta de Borràs, Vilalta fue tajante: «Nos mantenemos en la misma argumentación, son los mismos hechos, los mismos supuestos».

Todo después de que Junts moviera ficha y deja claras sus intenciones en el Parlament desde el primer minuto. Si el último periodo de sesiones terminó con la suspensión de Laura Borràs como presidenta del Parlament al estar acusada por cuatro delitos de corrupción, el nuevo empezó este martes pasado con una nueva afrenta: los posconvergentes solicitaron a la Mesa de la cámara que reconsidere la aplicación del artículo 25.4 a Borràs que la despojó de sus funciones, un paso previo indispensable para llevar el caso ante la justicia europea en una nueva pugna en el seno del independentismo, especialmente después de que ERC la rechace.

Lejos de terminar aquí, los republicanos recrudecieron ayer sus críticas contra los posconvergentes: «El principal factor desestabilizador tanto en el ámbito político como en el Govern son las discrepancias dentro de Junts», clamó Vilalta, quien incidió en la herida posconvergente al asegurar que no es «nada nuevo». «Desgraciadamente la situación de división en Junts no es nueva, se arrastra desde su nacimiento».

Críticas del PP

En el otro lado del tablero, el presidente del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, acusó ayer a Borràs, de no respetar «las más mínimas reglas de la convivencia y la democracia» por saludar a personas que estaban protestando en el acto del atentado. «Ella vio en el acto homenaje a las víctimas una oportunidad de darse un pequeñito baño de masas y le dio igual la falta de respeto a los familiares de las víctimas de los atentados, simplemente ella consideró que ahí tenía un momento de gloria y así actuó», criticó este viernes en una entrevista en RNE recogida por Europa Press. El dirigente popular también afeó la falta de autocrítica de Borràs, y ha censurado que el Govern no haya salido oficialmente –sí lo ha hecho ERC–a condenar su actitud, algo que considera que es «síntoma de la debilidad» del Ejecutivo de Aragonès, incidiendo una vez más en sus crónicas desavenencias.